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Los premios Nobel Ben Feringa (iz.) y Jean-Marie Lehn.
Los diseños de máquinas moleculares de la UR son citados por Premios Nobel

Los diseños de máquinas moleculares de la UR son citados por Premios Nobel

El desarrollo de estos aparatos permite la conversión de haces de luz en energía mecánica

EFE

Miércoles, 7 de diciembre 2016, 11:49

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Los diseños y síntesis de máquinas moleculares del Grupo de Investigación de Fotoquímica de la Universidad de La Rioja (UR) han sido citados en varios artículos publicados en revistas científicas por los Premios Nobel de Química Ben Feringa (2016) y Jean-Marie Lehn (1987).

Ben Feringa recoge el Premio Nobel de Química 2016, junto a Jean-Pierre Sauvage y Frase Stoddart, el próximo día diez por el diseño y la síntesis de máquinas moleculares, ha indicado hoy la UR en una nota.

El Grupo de Investigación de Fotoquímica del Departamento de Química de la UR trabaja en el mismo ámbito del diseño y síntesis de máquinas moleculares, motivo por el que Ben Feringa citó en 2015 en la revista Angewandte Chemie a los investigadores de la UR.

Ha añadido que el Premio Nobel de Química 2016 hacía mención a la propuesta de los investigadores de la UR de usar luz para accionar las máquinas de forma indirecta. Ello se refiere a que otras moléculas reciben la energía de la luz y se la transfieren en un segundo paso a las máquinas que, de esta manera, sí se mueven.

Este camino indirecto tiene alguna ventaja práctica que puede ser relevante en algunas ocasiones, dado que permite usar luz menos energética que dañe menos el entorno en el que se encuentren las máquinas, especialmente, medios biológico, ha precisado.

Jean-Marie Lehn fue galardonado con el Premio Nobel de Química en 1987 por sus avances en química supramolecular y citó en un artículo publicado en 2015 en la revista Angewandte Chemie el uso de una reacción química estudiada con detalle diez años antes por el Grupo de Investigación de Fotoquímica de la UR a través de varios artículos.

Ha señalado que, aunque había ejemplos asilados de esta reacción desde unos años antes, los investigadores de la UR la habían estudiado a fondo y le dieron un uso práctico y, diez años después, Lehn la usó para generar sus propias moléculas y entender sus propios resultados.

A escala nanométrica

La UR ha explicado que las máquinas moleculares permiten controlar multitud de procesos a escala muy reducida, a escala nanométrica.

Su funcionamiento es el equivalente a una máquina "normal", como el motor de un coche o un secador de pelo, ya que convierten energía -gasolina o electricidad, por ejemplo- en un trabajo -movimiento del coche o corriente de aire caliente-.

La diferencia básica en el caso de las máquinas moleculares es su tamaño, lo que permite controlar procesos a una escala muy pequeña y entre sus ventajas figura que facilita actuar sobre procesos que actúan a esa pequeña escala.

También permite reducir mucho el tamaño de los componentes y genera dispositivos cada vez más pequeños, lo que es relevante, por ejemplo, en la construcción de ordenadores o de teléfonos móviles más pequeños y ligeros.

El Grupo de Investigación de Fotoquímica de la UR trabaja en el control de propiedades de por acción de estas máquinas moleculares, con especial atención a las propiedades biológicas.

Aplicaciones contra el cáncer

Por ejemplo, ha creado compuestos que tienen actividad antibiótica controlable por luz, según la UR, para la que es posible hacer que un compuesto sea más o menos activo frente a las bacterias cuando las personas lo decidan al accionar o no un estímulo de luz visible.

"Esto permite ser muy selectivo en el uso de estos antibióticos minimizando los efectos secundarios porque solo actuarían cuándo y dónde nosotros queramos", ha precisado.

Otro proyecto implica controlar las propiedades anti-cancerígenas de una serie de compuestos con la misma idea de ser muy selectivos en el lugar y momento de su activación para incrementar su acción localizada.

Ha subrayado que distintos grupos de investigación trabajan en el transporte controlado y la liberación de fármacos -los medicamentos se llevan directamente a su punto de acción y se liberan allí- y la transformación y almacenamiento de energía -captar y usar energía solar, convertir energía de la luz en movimientos mecánicos-.

A ello ha sumado la preparación de pequeños dispositivos para el transporte de carga -ascensores moleculares- y la generación de músculos artificiales y la preparación de máquinas autónomas autopropulsadas -como nanocoches-.

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