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INVERSIONES RARAS

MARTÍN TORRES GAVÍRIA

Domingo, 6 de marzo 2016, 23:54

Perdido en el desierto, exhausto y sin agua, se encontró un beduino con su camello a un turista suplicándole: ¡agua, por favor! El beduino le respondió «no puedo darte agua, soy un mercader y el agua es necesaria para viajar por el desierto». El moribundo insistió «véndeme agua, te pagaré». La respuesta del beduino fue «imposible efendi, no vendo agua, vendo corbatas».

Si calificamos la respuesta de rara no lo es tanto como las nuevas inversiones que circulan por los foros financieros: Invertir en Tierras Raras. Como diría un castizo ¿Y eso qué es? Hasta ahora hablábamos de invertir en materias primas (petróleo, carbón, aluminio), materiales preciosos (oro, plata, diamantes), pero hoy en día ya se habla de Tierras Raras. Se definen como 17 elementos químicos que actualmente son imprescindibles para nuestra vida cotidiana, para nuestro desarrollo y prosperidad. ¿Nos podemos imaginar un mundo o una sociedad actual sin ordenadores, móviles, TV plasma, mp3, iPad, fibra óptica, rayos laser, bombillas de bajo consumo, billetes moneda, pilas, semiconductores, etc.? Estas Tierras Raras -coltan, galio, disprosio, lantano, etc.- forman parte de nuestro progreso y solo si nos faltasen apreciaríamos su utilidad. Por eso su valor está en auge cada día que pasa.

En Finanzas de andar por casa lo más importante de una inversión siempre, siempre, siempre es la seguridad. ¿Invertir en Tierras Raras es seguro? Para contestar a la pregunta veamos cómo se manejan los hilos invisibles de este peculiar mercado. Los yacimientos de estos elementos están fundamentalmente en China, Vietnam, Sudamérica, Congo, Sudáfrica, Namibia, Mozambique, etc. La posición dominante de China hizo bajar los precios hasta hacer ruinosos los yacimientos. Se cerraron y entonces aprovechó el gigante chino para hacerse con ellos y de paso dominar totalmente el mercado de Tierras Raras.

Hoy en día China acapara el 97% de la producción mundial de Tierras Raras. Controla la producción mundial y por tanto el precio. Invertir en un producto cuya oferta es monopolista es muy, pero que muy arriesgado. Por otro lado puede acarrear pingües beneficios siguiendo la estela china. Un ejemplo, en el 2003 el óxido de disprosio estaba a 20$/Kg y se ha llegado a pagar a 2.600$/Kg. Son inversiones muy especulativas exclusivas de perfiles arriesgados. ¡Vamos, para valientes! Y de paso que les sobre el dinero.

El viajero perdido en el desierto se preguntaba ¿Para qué narices quiero yo una corbata? y exclamaba ¡Yo necesito agua! Tras alcanzar la cima de una pequeña duna divisó un oasis, ¡por fin mi salvación!, pensó. Palmeras, aguas cristalinas rodeadas de un vergel y todo ello con una entrada custodiada por un guardia. «Déjeme entrar, por favor. Necesito beber agua», reclamó el viajero. A lo que el guardia le respondió: «Imposible, señor. Está prohibido entrar sin corbata».

En la vida todo es útil, hasta lo más inútil.

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