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Allegados de las víctimas se abrazan en el lugar donde se celebró el Festival Nova. Reuters

El dolor y la rabia inundan Israel dos años después de los ataques de Hamás

Las víctimas recuerdan el fatídico día que ha dejado una herida abierta y una sociedad cada vez más dividida que se hace una pregunta:

Martes, 7 de octubre 2025, 17:49

Justo había amanecido en el secarral israelí donde 3,500 personas estaban participando en el Festival Nova de Reim cuando la música paró de repente. « ... La primera reacción fue la de pitarle al DJ», recuerda Raffaela Treitsmann, una inmigrante brasileña afincada en Israel que acudió con su novio a la maratón musical. «Luego vimos la estela de unos cohetes que salían de Gaza, pero no le dimos mayor importancia porque estamos acostumbrados, sabemos cómo actuar y esperábamos que la Cúpula de Hierro los neutralizara. En ese momento, me hizo gracia pensar que solo en Israel un festival de música acaba con disparos de artillería», recuerda en una conversación con este medio.

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El 7 de octubre de 2023 Treitsmann no sabía que su vida iba a cambiar para siempre. «Eran las 6:50 cuando encontramos un refugio y nos metimos dentro. Estábamos relajados y enviamos nuestra ubicación a los familiares», añade la joven, que en ese momento aún guardaba incluso la esperanza de regresar al concierto. «Estábamos unas 40 personas en el refugio -una especie de caja de hormigón- cuando empezaron a llegar noticias sobre la infiltración de terroristas de Hamás», cuenta. Los islamistas no tardaron en llegar hasta ellos. «Mataron a un policía que estaba fuera y comenzaron a lanzar granadas para sacar a la gente y asesinarla», relata sin perder la compostura.

«Oía como se reían los terroristas mientras mataban a la gente»

Raffaela Treitsmann

Superviviente del Nova Festival

En el refugio de Treitsmann solo sobrevivieron diez personas. El resto murió, con la excepción de un hombre al que se llevaron secuestrado y que ya ha sido liberado. Ella logró salvar la vida escondiéndose durante cinco horas bajo los cadáveres, incluido el de su pareja. «Oía cómo se reían los terroristas», subraya «asqueada y dolida» porque hay quien le ha dicho que se merece lo que le ha pasado y «mucha gente prefiere creer a Hamás que al único país democrático de Oriente Medio». Ahora, trata de salir adelante, aunque las heridas psicológicas aún no se han curado: «Me han robado la inocencia y la confianza en que suceda algo bueno en mi vida», sentencia.

El lugar en el que Treitsmann se refugió está ahora empapelado con las fotografías de las víctimas del grupo integrista. En los kibutz de los alrededores, muchos de los edificios siguen ennegrecidos por los artefactos con los que Hamás quemó vivos a sus habitantes u horadados por las ráfagas de ametralladora que dispararon contra quienes trataron de escapar de la barbarie. Hombres, mujeres y niños. Y donde 364 personas fueron acribilladas o acuchilladas poco después de concluir una noche de fiesta musical, hoy un bosque de recuerdos se encarga de que su historia no se olvide.

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Reacción internacional

Allí es donde esta mañana, exactamente a las 6:29 horas, se han dado cita familiares, amigos y conocidos de las víctimas para rendirles homenaje con un minuto de silencio bañado en lágrimas. No han sido los únicos. Políticos de diferentes partes del mundo han recordado la masacre que dejó 1.200 muertos en Israel y que dio inicio a la guerra que Tel Aviv declaró contra Hamás y que se ha cobrado ya más de 67.000 vidas en Gaza. «Hoy se cumplen dos años de los terribles atentados perpetrados por Hamás. Es un día para reiterar nuestra rotunda condena al terrorismo en todas sus formas. Para pedir la liberación inmediata de los rehenes israelíes. Y para exigir a Netanyahu que detenga el genocidio del pueblo palestino y abra un corredor humanitario», ha escrito el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en X.

Se han sucedido las reacciones en esa red social. «Dos años después del horror indescriptible del terrorismo de Hamás, el dolor persiste. No olvidamos. Nos solidarizamos con todas las víctimas, incluyendo a 51 de nuestros conciudadanos. También pensamos en los 48 rehenes que Hamás aún mantiene secuestrados. Trabajamos incansablemente por su liberación», ha afirmado el presidente francés, Emmanuel Macron. «Ya es hora de poner fin a la violencia. Hamás debe liberar a todos los rehenes. La desesperación y el inmenso dolor deben cesar. La paz es el único camino a seguir», ha escrito su homóloga de Suiza, un país neutral, Karin Keller.

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Por su parte, el primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson, se ha dirigido a los israelíes en un vídeo en el que condena «el peor asesinato en masa de judíos desde el Holocausto» y el antisemitismo que ha surgido en Europa al calor de la desproporcionada respuesta del gobierno de Benjamín Netanyahu. «Los judíos en Suecia deberían poder llevar con orgullo la Estrella de David, visitar la sinagoga y enviar a sus hijos a escuelas judías», ha afirmado. En líneas similares ha hablado el 'premier' británico, Keir Starmer, que ha recordado el atentado perpetrado en Manchester durante el Yom Kippur celebrado hace cinco días. «Es una mancha en lo que somos, pero este país siempre se mantendrá firme y unido contra aquellos que desean dañar y odiar a las comunidades judías», ha declarado.

«¿Dónde estaba el Estado ese día?»

En cualquier caso, el recuerdo del 7 de octubre, que ha dejado una herida indeleble en la psique hebrea, no es uno solo de dolor. También hay rabia. Rabia por las incógnitas aún no despejadas sobre lo que falló aquel día. «¿Dónde estaban los equipos de rescate? ¿Dónde estaba el Estado? ¿Cómo es posible que pasasen horas y nadie lograra salvarse?«, se preguntan las familias en un comunicado. «Dos años después aún no tenemos respuestas. Las investigaciones que se han llevado a cabo solo echan sal en la herida y arena en los ojos de las familias», critican, haciéndose eco de una incredulidad muy extendida. ¿Cómo pudieron unos terroristas mal preparados sorprender a un país que está a la vanguardia en tecnología de seguridad y cuenta con uno de los mejores servicios de Inteligencia del mundo?

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Es algo que ni los propios soldados que participaron en los operativos del 7 de octubre pueden responder. I. S. es uno de ellos. Miembro de una unidad de élite, estaba haciendo 'trekking' cuando recibió una llamada para regresar inmediatamente. «Durante dos semanas hubo terroristas de Hamás infiltrados en Israel», afirma a este medio, convencido de que lucha «para salvar a Israel de la extinción». Conoce bien las consecuencias de ello, porque fue herido de gravedad en una operación para recuperar a los rehenes, durante una emboscada de Hamás en la que perecieron tres de sus compañeros, pero tampoco se explica los fallos de seguridad que facilitaron la masacre de hace dos años.

Eso sí, no le quita el sueño. «Lo que quiero es vivir seguro», dice el militar, al que le apena ver una sociedad israelí cada vez más polarizada. «Los atentados nos unieron, pero estamos volviendo a dividirnos», señala. Sin duda, las manifestaciones cada vez más nutridas contra la guerra en las calles del país hebreo apuntan en esa dirección. Esta tarde están previstas tanto en Tel Aviv como en Jerusalén, con la lectura de un comunicado que se prevé crítico a las 9 de la noche -hora local-. Es, sin duda, un sombrío escenario que el plan de paz de Trump trata de iluminar con un rayo de esperanza.

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