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Miembros de la alianza opositora celebran su triunfo en las urnas. AFP
Argentina castiga al kirchnerismo

Argentina castiga al kirchnerismo

La coalición gobernantepierde sus principalesfeudos en las eleccionesprimarias legislativas, queaúpan a la oposición y a la extrema derecha

Ivia Ugalde

Lunes, 13 de septiembre 2021, 19:58

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«Evidentemente algo no habremos hecho bien para que la gente no nos acompañe como esperábamos y escuchamos el veredicto popular, con respeto y mucha atención». Con esas palabras, que resumían la desazón del kirchnerismo, el presidente argentino, Alberto Fernández, dio este lunes la cara tras la debacle protagonizada el domingo en las urnas. Las elecciones primarias anticipadas, de voto obligatorio para definir a los candidatos que pugnarán por los escaños del Congreso en los comicios del 14 de noviembre, se convirtieron en la prueba fehaciente del hartazgo popular por la gestión del Gobierno, incapaz de retener los apoyos hasta en sus principales bastiones.

Los resultados preliminares asestaban al oficialismo un golpe demoledor, especialmente difícil de asimilar en la provincia de Buenos Aires, un feudo tradicional del kirchnerismo. En esa región que aglutina al 37% del padrón nacional, la coalición gobernante Frente de Todos quedaba relegada al segundo puesto con el 33,57% de los sufragios. La gran sorpresa la daba, en cambio, la alianza opositora Juntos por el Cambio, a la que pertenece el expresidente Mauricio Macri, al cosechar el 38,08% de las papeletas, con el 93,92% de votos contabilizados. La misma circunstancia se daba en otros distritos clave como las provincias de Córdoba, Santa Fe, y la capital.

Aunque el recuento definitivo no se llevará a cabo por la Justicia hasta el martes próximo, los datos de ayer eran ya lo suficientemente contundentes como para dar por hecho el descalabro kirchnerista. Así lo reconoció el propio Fernández con el «compromiso» de trabajar «con la fuerza de siempre para satisfacer las necesidades que no se han satisfecho». «Redoblaremos el esfuerzo que venimos haciendo para, en noviembre, dar vuelta esta historia», manifestó, si bien los expertos apuntaban que históricamente estas primarias constituyen un termómetro fiable para conocer la intención de voto de cara a los próximos comicios.

El malestar de la población argentina por una economía lastrada desde hace tres años por una fuerte recesión y una inflación que no da tregua –acumuló 29,1% de enero a julio pasado, con énfasis en los precios de los alimentos– ha propiciado también la llegada de la extrema derecha. Liderada por el economista Javier Milei, la alianza La Libertad Avanza se ha consolidado como la tercera opción con el 13,66% de los respaldos. Su discurso ha calado hondo estos meses por su duro mensaje antisistema y contra la «casta» política tradicional.

La sociedad, aquejada por una creciente pobreza, problemas de empleo, desequilibrios macroeconómicos persistentes y un fuerte endeudamiento nacional, se siente traicionada por el kirchnerismo, al que volvió a aupar al poder en los comicios presidenciales de 2019. La llegada de Fernández a la Casa Rosada tras la derrota de Macri no se ha traducido, sin embargo, en una mejoría. Todo lo contrario. La pandemia ha agravado la situación y en la campaña han retumbado varios escándalos que han afectado al Gobierno en lo relativo a la crisis sanitaria. Por ejemplo, la difusión de fotos de la fiesta de cumpleaños de la primera dama, Fabiola Yañez, en la residencia presidencial en julio de 2020, cuando su propio marido había prohibido las reuniones sociales.

«Resignación»

Los opositores Juntos por el Cambio se frotaban este lunes las manos al observar los malos resultados de sus rivales oficialistas. «Ustedes no se resignaron, sabíamos que no nos podía ganar la resignación», dijo al electorado el candidato conservador en la provincia de Buenos Aires, Diego Santilli, consciente de que los votos recabados dejan muy tocado al Gobierno y les colocan en una buena posición de cara a los futuros comicios. No obstante, habrá que ver qué ocurre finalmente en la próxima cita ya que otra de las lecturas extraídas del domingo fue el desánimo generalizado. No en vano, de los 34 millones de personas habilitadas para sufragar solo participó algo más del 67%.

En la cita del 14 de noviembre se renovará la mitad de la fragmentada Cámara de los Diputados –127 escaños están en juego– y un tercio del Senado –24 asientos–. Es en este último donde se espera que el oficialismo sufra el mayor batacazo, con la pérdida de seis representantes que le privarían de la actual mayoría absoluta que obstenta la expresidenta y actual vicepresidenta Cristina Kirchner. Prueba de ello es que las listas del gobernante Frente de Todos solo fueron las más votadas en dos de las ocho provincias a las que este año les toca elegir miembros para la Cámara Alta.

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