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Fotografía de archivo fechada el 5 de abril de 2019, que muestra al jefe del Ejército libio, el mariscal Jalifa Hafter. Efe
Libia, a las puertas de una nueva guerra civil

Libia, a las puertas de una nueva guerra civil

Las tropas del general Haftar avanzan hacia Trípoli tras fracasar losintentos de mediación del secretario general de la ONU, Antonio Guterres

Mikel Ayestaran

Corresponsal en Jerusalén

Viernes, 5 de abril 2019, 22:17

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El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, viajó a Libia para intentar cerrar los detalles de la conferencia de reconciliación nacional convocada por el organismo internacional del 14 al 16, pero abandonó el país a las puertas de un enfrentamiento a gran escala entre las dos partes a las que intentaba reconciliar. No existe «una solución militar. Solo el diálogo interlibio puede resolver los problemas libios», recordó el diplomático portugués antes de despegar, pero hace tiempo que la ONU perdió su capacidad de mediación y las armas son de nuevo las protagonistas. «Dejo Libia con el corazón encogido y profundamente preocupado. Creo que aún es posible evitar un derrame de sangre en Trípoli», afirmó Guterres en un mensaje colgado en Twitter, pese a ser incapaz de convencer a las dos partes tras mantener intensas reuniones.

Siete meses después de que la lucha interna entre milicias sembrara el caos en las calles de Trípoli, la capital volvió a ser el centro de todas las miradas tras el anuncio del general Jalifa Haftar del inicio de la «marcha de la victoria» para hacerse con su control. Su primer intentó fracasó porque se encontró una contraofensiva que dejó a sus hombres a 40 kilómetros de la ciudad.

«Estamos a las puertas de una nueva guerra civil y la ONU ya ha perdido el control de los acontecimientos», lamentó el analista Tarek Megerisi en el artículo que publicó en el European Council of Foreign Relations, en el que pidió a Bruselas un apoyo firme al Gobierno reconocido por la comunidad internacional en estos momentos tan complicados.

Libia tiene en la actualidad dos gobiernos. El Gobierno libio de Acuerdo Nacional (GNA), liderado por Fayez Serraj, respaldado por la ONU y con el reconocimiento internacional, aunque con escaso poder sobre el terreno; y un segundo en Tobruk, en el este del país, salido de las elecciones de 2014. Este Ejecutivo está bajo la tutela de Haftar, excoronel del régimen de Muamar Gadafi que en la década los ochenta fue reclutado por la CIA y devino en su principal opositor en el exilio. El mariscal Haftar está respaldado por países como Egipto, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos y es el auténtico hombre fuerte que ha logrado controlar las principales infraestructuras petroleras y formar la mayor fuerza militar que opera en Libia, el Ejército Nacional Libio (ANL).

Después de varios meses con avances en el sur del país, Haftar anunció en su página de Facebook que «llegó la hora» de «limpiar el oeste» de Libia, incluida Trípoli, de «terroristas y mercenarios». Una columna del ANL comenzó su avance desde Gharyan, pero no pudo pasar de Zawiya, a 40 kilómetros al oeste de la capital, donde encontró resistencia y se libró una batalla en la que al menos 145 de sus hombres fueron detenidos. Las fuerzas del Gobierno de Trípoli también se incautaron durante la operación de 60 vehículos, parte de la columna armada de Haftar, según recogió el diario 'The Libya Observer'.

Esta fue la respuesta de las fuerzas leales al Gobierno que reconoce la comunidad internacional, que autorizó también bombardeos contra las tropas orientales. En esta nueva Libia postGadafi, plagada de milicias, la ciudad Estado de Misrata envió a sus hombres a la capital para repeler el avance de Haftar, un apoyo que puede resultar clave.

«Haftar es un soldado, no un político. Está convencido de que la solución es militar. Desde el punto de vista político estaba en una buena posición hace unas semanas de cara a intentar formar un nuevo gobierno de unidad nacional en el que pudiera tener más peso, pero no es suficiente y aspira a la victoria absoluta», apuntó en las redes sociales el analista Jalel Harchaoui, del centro de estudios estratégicos The Clingendael. Pese a sus avances militares en los últimos meses, la ofensiva de Haftar sobre Trípoli fue una sorpresa ya que hace un mes se reunió con Serraj en Abú Dhabi y entre los diferentes acuerdos a los que llegaron se mostraron dispuestos a celebrar elecciones para poner fin a la crisis en el país.

La Unión Europea alertó del riesgo de que estalle «una confrontación incontrolable» y pidió «a todas las partes que rebajen inmediatamente la tensión y pongan fin a todos los actos de provocación», subrayó en rueda de prensa la portavoz de la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Maja Kocijancic.

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