Sánchez, Feijóo y Abascal se vuelcan en la campaña extremeña, termómetro del nuevo ciclo electoral
Con todos los sondeos en contra, el líder socialista tratará de contener daños mientras su rival en el PP busca deshacerse de la dependencia de Vox
La decisión de María Guardiola de apretar el botón electoral ha colocado a Extremadura en el centro del tablero político nacional. Los principales partidos y ... sus líderes afinan sus estrategias conscientes de que lo que suceda el 21 de diciembre puede tener efectos a nivel nacional y condicionar las siguientes citas electorales en Castilla y León y Andalucía, con la duda de si habrá apertura de urnas también en Aragón. En juego está la pujanza del PSOE en un momento de enorme debilidad de Pedro Sánchez, con su mayoría parlamentaria derrumbada por la crisis con Junts y asediado por los continuos escándalos de corrupción. La fortaleza del liderazgo de Alberto Núñez Feijóo, dos años después de haberse quedado a las puertas de La Moncloa, y el empuje de Santiago Abascal, con un Vox al alza que sigue creciendo en todas las encuestas.
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Los sondeos dan por segura la victoria de Guardiola, aunque sin llegar a la mayoría absoluta, y el derrumbe de los socialistas que rompería el empate técnico de mayo de 2023. PP y PSOE obtuvieron entonces 28 escaños y la balanza se inclinó hacia los populares. Pero, a cambio, la dirigente extremeña tuvo que aceptar muy a regañadientes la entrada de Vox en el Ejecutivo, de donde salió apenas 13 meses después. Las negociaciones podrían volver a repetirse si el PP no consigue reunir más escaños que toda la izquierda junta. El objetivo que se marcan en Génova es que Guardiola pueda gobernar en solitario o con el apoyo externo de los voxistas. En el entorno de la presidenta extremeña no descartan, incluso, una repetición electoral para evitar volver abrir las puertas del Gobierno a la extrema derecha.
Para conseguirlo, el líder del PP no escatimará esfuerzos durante las dos próximas semanas con una campaña en paralelo a la candidata para peinar todo el territorio. Feijóo, quien anoche asistió a la pegada de carteles en Almendralejo, visitará hoy Mérida para apoyar al sector primario y después el Casar de Cáceres, antes de trasladarse a Pinofranqueado para participar en otro acto electoral.
Los socialistas tienen asumido que obtendrán su peor resultado, pero Sánchez tratará de contener daños y compartirá tres actos de campaña con Miguel Ángel Gallardo, que arrastra la mochila de su procesamiento precisamente por la contratación del hermano del presidente –también enjuciado– en la Diputación de Badajoz en 2017.
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Abascal, por su parte, se ha instalado en Extremadura para tomar las riendas de la contienda voxista y demostrar que la tendencia al alza de su partido no es un espejismo. El último CIS le concede el doble de escaños en el Parlamento extremeño y la media de las encuestas a nivel nacional lo sitúan por encima del 15% obtenido en 2019, su techo electoral.
PSOE: Evitar una debacle en las urnas
Con las encuestas a la baja, y un candidato que se sentará en el banquillo de los acusados por prevaricación y tráfico de influencias, todo relacionado con la contratación del hermano de Pedro Sánchez, el PSOEha sacado la artillería pesada, a través de anuncios desde el Consejo de Ministros, para tratar de arropar a Miguel Ángel Gallardo y evitar así el que, se prevé, podría ser el peor resultado de la historia del partido en la región. El pasado 25 de noviembre, el Gobierno aprobó una inversión de 752 millones para una fábrica de chips en Trujillo, que generará 500 puestos de trabajo directos y 1.600 indirectos. Dos días después, el ministro de Transportes anunciaba un «gran avance» en la red ferroviaria con cuatro nuevas frecuencias, de lunes a viernes, entre Badajoz y Cáceres.
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Los socialistas confían en su implantación en el que ha sido uno de sus feudos electorales por excelencia y que los días de campaña jueguen a su favor y obtengan un mejor resultado que el que le conceden sondeos como el del CIS, que augura en el peor de los supuestos una pérdida de nueve de los diputados que consiguió el fallecido Guillermo Fernández Vara en 2023. En Ferraz confían además en que María Guardiola acabe necesitando a Vox y puedan alimentar así el relato en España de que hay que parar a la extrema derecha.
PP: Sumar más que la izquierda para gobernar en solitario
En la dirección nacional del PP dan por descontada el 21-D la victoria contundente de María Guardiola, que adelantó las elecciones al no poder sacar adelante los Presupuestos autonómicos por segundo año consecutivo; e incluso una mejora sustancial de resultados, por encima de los 28 escaños obtenidos hace dos años. Aunque las encuestas conocidas hasta ahora han enfriado mucho las expectativas de que la candidata popular consiga la ansiada mayoría absoluta –situada en 33 diputados– para no tener que depender de Vox.
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El objetivo del PP pasa por consolidar el vuelco político en un feudo histórico del PSOE, donde los socialistas han gobernado 36 años frente a los seis de los populares –los cuatro de José Antonio Monago al frente de la Junta y los últimos dos de Guardiola–.
En Génova confían en que la presidenta extremeña pueda gobernar en solitario o como mucho con el apoyo externo de Vox. En la cúpula del PP creen que cuanto más se acerquen a la mayoría absoluta –no descartan sumar más que toda la izquierda junta–, menos margen tendrá la formación de Abascal para negociar y tratar de imponer sus políticas.
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Vox: Endurecerá sus condiciones
Con Abascal como cabeza de cartel por delante del candidato autonómico, Óscar Fernández, Vox se va a volcar en la campaña de Extremadura, donde tienen enormes expectativas. Según el CIS, la formación de derecha radical pasaría de los cinco escaños a entre diez y doce, con el 14,2% de los votos, y con ese resultado (en la sede madrileña de Bambú no se dejan llevar por la euforia, pero piensan incluso que pueden lograr más diputados).
Vox se ve clave en la gobernabilidad de la región y con más fuerza para plantear a María Guardiola otra vez sus condiciones: fin al Pacto Verde (con especial atención al tabaco, básico en la economía regional), dureza con la inmigración y no rotundo al cierre de la central nuclear de Almaraz. Los de Abascal creen, además, que un primer éxito en las urnas lanzaría a su partido en el nuevo ciclo electoral que se inicia en Extremadura.
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