UGT y CC OO piden una subida del salario mínimo de 89 euros al mes hasta los 1.273 euros
Los sindicatos defienden ahora que con este aumento del 7,5% sí debe tributar ya por IRPF y reclaman que no pueda absorberse por complementos como los de peligrosidad y nocturnidad
A poco más de un mes para que termine el año, UGT y CC OO ya han puesto encima de la mesa cuál es la ... subida del salario mínimo interprofesional (SMI) que defenderán para 2026: un incremento de 89 euros al mes para situarlo en los 1.273 euros brutos mensuales repartidos en catorce pagas, un total de 17.822 euros brutos al año. Asimismo, reclaman que no pueda ser absorbida por ciertos complementos, como el de nocturnidad, peligrosidad o idiomas, entre otros.
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Así lo anunciaron ayer ambos sindicatos en una rueda de prensa conjunta, en la que explicaron que reclaman un aumento mayor que otros años y muy superior a la inflación, del 7,5%, porque entienden que esta renta sí debe tributar ya a Hacienda en el Impuesto de la Renta (IRPF), para evitar una discriminación entre trabajadores, pero que no debe ir a cargo del bolsillo del eslabón más débil del mercado de trabajo. A su juicio, no sería justo que una persona que gane 1.273 euros al mes no pague impuestos en su declaración de la renta y otra que cobre 1.300 euros sí.
«Sostenemos que los salarios mínimos deben ser dignos y deberían satisfacer las necesidades de los trabajadores y de sus familias y evitar además la pobreza. Si cumplen estos requisitos, claro que tienen que contribuir a la Hacienda pública como el resto de salarios», explicó Fernando Luján, vicesecretario general de Política Sindical de UGT, que argumentó que hasta ahora defendían la «anomalía» de que el SMI no tributara porque, «andábamos tan justos, que cualquier menoscabo provocaba introducirse en la pobreza».
Conflicto en el Gobierno
Los sindicatos dan un paso al frente para evitar de nuevo un conflicto que dividió en dos al Gobierno tras la subida de este año a 1.184 euros. Tras aprobarse, se produjo un duelo entre vicepresidentas al estallar públicamente Yolanda Díaz contra la decisión de María Jesús Montero de exigir que, por primera vez en la historia, los beneficiarios de esta medida sí estuvieran obligados a tributar por IRPF. Tras semanas de batalla pública y mediática, la ministra de Trabajo se alzó con la victoria tras mediar Pedro Sánchez y Montero tuvo que dar marcha atrás.
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Precisamente, para evitar una nueva guerra, Díaz ha pedido al comité de expertos elaborar dos recomendaciones de incremento del salario mínimo para 2026: una, que incorpore la posible tributación en la renta; y otra, que excluya el pago de ese impuesto, aunque la posición actual de los sindicatos hace prever que este colectivo comience a pagar esta tributo el próximo año.
Bajo esta premisa, los sindicatos defienden que se trata una propuesta de subida «modesta», «moderada», puesto que el incremento neto sería del 2,7% (32 euros más que ahora para situarlo en 1.216 euros al mes) y el 4,8% restante iría a ajustarse al sistema tributario español.
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Pero esta no es la única reivindicación de los sindicatos: este año, en línea con lo que defiende la ministra de Trabajo, consideran «imprescindible» modificar el real decreto para «limitar» la compensación y absorción en las empresas por otros pluses y asegurar así que la subida se traslada íntegramente al salario real de los trabajadores. En su opinión, este cambio, que cuenta con el rechazo de la patronal, no necesita ser avalado por el Congreso.
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