3 formas de gestionar una cartera de activos de forma eficiente

Miércoles, 26 de noviembre 2025

Gestionar una cartera de activos de manera efectiva es clave para lograr objetivos financieros a futuro. En un mercado que se encuentra en constante cambio, en el que la información sobre la cotización de criptomonedas se monitorea por medio de plataformas como Binance, la estrategia y diversificación son esenciales.

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Encontrar el modo de gestionar los activos de manera correcta depende del riesgo que está dispuesto a asumir cada usuario, su horizonte temporal y la dedicación para invertir disponible. A continuación, se mencionan tres enfoques que han demostrado mejorar el rendimiento y disminuir el riesgo. Entenderlas será la clave para tomar decisiones cruciales y ajustar el portafolio a los cambios del mercado.

1- Gestión activa, el papel de las criptomonedas como herramienta alpha

La gestión activa implica tomar decisiones de compra o venta de manera frecuente con la intención de mejorar el rendimiento de los índices de referencia. Se trata de un modo de estudio constante en el mercado, empresas individuales y activos digitales para proyectos subyacentes.

El inversor propio o los gestores de activos, usan el tiempo para detectar balances, factores específicos y tendencias macroeconómicas. En el caso de las criptomonedas, significa analizar que tan rentable es un token, la solidez de la red blockchain y la actividad de la comunidad o desarrolladores. La primera meta tiene que ser obtener un rendimiento superior, algo que se conoce como alpha, y anticipar los movimientos de mercado.

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Por ejemplo, Bitcoin es una criptomoneda sólida, que ha demostrado que su valor aumenta con el paso de los años, a pesar de que su valor disminuye por el sentimiento de los inversores. En el caso de querer diversificar la cartera de activos, esta opción puede ser buena idea para comenzar, siempre haciéndolo con importes bajos hasta comprender por completo cómo fluctúan las criptomonedas.

2- Gestión pasiva, actuando según el mercado de forma efectiva

La gestión pasiva es la premisa de que no es fácil anticipar los movimientos del mercado. Por lo tanto, este enfoque trata de replicar el rendimiento de un índice de referencia, tal como el S&P 500, haciendo inversiones en ese activo y en cantidades parecidas.

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La principal ventaja de esta estrategia es la simplicidad y que supone costes bajos, pues no son necesarias tantas transacciones ni análisis constantes. Los activos más interesantes en esta estrategia son los Fondos Cotizados en Bolsa o ETF. Es un enfoque pensado para inversores que quieren una exposición elevada en el mercado con poco esfuerzo y que creen que la economía o un sector específico va a crecer a largo plazo.

3- Gestión Mixta, la mezcla entre activa y pasiva

La gestión mixta combina factores de las dos modalidades anteriores. Se trata de invertir la mayor parte de la cartera en una gestión pasiva, dejando la porción más pequeña para la gestión activa y así encontrar mejores rendimientos.

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Esta modalidad permite disfrutar lo mejor de ambos mundos: estabilidad y costes bajos del enfoque pasivo en la parte más importante de la inversión, y una alta rentabilidad por medio de elecciones de activos con mayor riesgo.

Cada una de estas modalidades, pasiva, activa y mixta, son viables para gestionar la cartera de activos. La decisión dependerá de las necesidades personales, es decir, si se prefieren costes bajos y simplicidad o una combinación con mayor rentabilidad y riesgo.

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