Un legado que busca continuidad en La Rioja
Israel Ajamil mantiene la esperanza de poder mantener la actividad federada del Voleyviña. No quiere que se pierda el referente masculino. Reconoce que «hay poco relevo generacional», aunque asegura que sí que recibe peticiones de familias de niños que quieren adentrarse en este deporte. «Me llaman padres que me preguntan dónde pueden llevar a sus hijos y el problema es que hasta alevines pueden jugar en equipos mixtos, pero a partir de infantil no pueden», explica el entrenador del conjunto logroñés.
En ese sentido, el presidente de la Federación Riojana de Voleibol, Ángel Imas, se congratula de que poco a poco sí que se está generando más interés. «Se está creando base e incluso ha salido un equipo de cadetes en el D'Elhuyar», recalca el máximo mandatario federativo. Dieciséis jugadores componen ese conjunto. «Y tenemos peticiones también para el curso que viene», apostilla Imas.
Se necesitan, por lo tanto, más equipos que acojan esas peticiones, pero ahí aparece un problema, según apunta el presidente de la Riojana: la falta de entrenadores. «Y eso que siempre estamos organizando cursos», apuntilla. «El tema es que te salen para un año y al siguiente desaparecen y además necesitamos gente que esté capacitada para trabajar con la base», añade.
En la actualidad, La Rioja cuenta con alrededor de 800 licencias de voleibol, la mayoría femeninas, contando las escolares y las federadas. «Se puede decir que es un deporte que progresa adecuadamente», señala Imas, quien recuerda que con la pandemia se registró un bajón, pero que tanto en esta temporada como en la anterior se ha experimentado un incremento de las licencias.
Para seguir potenciando este deporte, Imas destaca que desde la federación se ha creado un torneo de adultos. «Se han organizado tres concentraciones y en la última hubo diez equipos», destaca el presidente del organismo. «Y esperamos seguir creciendo en este terreno para sentar así las bases de un futuro campeonato territorial», concluye.
