Pelota
Darío pone en pie al Adarraga con un final únicoEl pelaire y Beñat Rezusta perdían por 17-21 en un áspero partido pero acabaron ganando y el jueves se jugarán el pase a la final contra Jaka e Iztueta
Darío Gómez y Beñat Rezusta se jugarán este jueves el pase a la final de la feria de San Mateo contra Jaka e Iztueta. Quien ... gane repite el domingo. Larrazabal y Mariezkurrena se despidieron del torneo tras perder ante el pelaire y el guipuzcoano por 22-21 cuando tocaban con los dedos el triunfo, 17-21. Darío se merecía una victoria así.
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Darío-Rezusta
22
-
21
Larrazabal-Mariezkurrena
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Duración: 74 minutos
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Pelotazos: 675
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Saques: 1; Larrazabal, 3
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Faltas: Darío, 0; Larrazabal, 0
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Ganados: Darío, 13; Rezusta, 1; Larrazabal, 8; Mariezkurrena, 5
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Perdidos: Darío, 4; Rezusta, 2; Larrazabal, 5; Mariezkurrena, 2
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Marcador: 1-0, 1-1, 2-1, 2-2, 4-2, 4-6, 5-6, 5-7, 6-7, 6-10, 9-10, 9-12, 10-12, 10-13, 11-13, 11-14, 12-14, 12-15, 13-15, 14-15, 14-16, 16-16, 16-18, 17-18, 17-21 y 22-21
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Incidencias: Frontón Adarraga. Quinta tarde de la feria de San Mateo. 731 espectadores.
En ocasiones es mejor comenzar por el final, porque es lo que se recuerda ya que el triunfo nunca se olvida. Andaba el encuentro con 17-21 después de un pelotazo de Mariezkurrena que pegó a Rezusta contra la pared del rebote. Silencio en el frontón. Segunda decepción en dos días, porque el lunes había caído Javi Zabala. Decepción e incluso resignación. Ya se hacían cuentas para saber por cuántos tantos debían ganar Darío y Rezusta a Jaka e Iztueta para jugar la final.
Puso la pelota en juego por última vez Larrazabal, pero el tanto se cerró con uno de los pocos errores de Mariezkurrena, de carambola, que estaba castigando la esférica. Darío recuperó el saque y ganó el tanto. Los 731 espectadores que se dieron cita estaban en pie y muchos de ellos creían en la remontada, 19-21. Larrazabal mandó la pelota al colchón inferior, 20-21, antes de que Darío hiciera uso de su saque. Su cuenta anotadora con una de sus virtudes estaba en barbecho. Acertó. Empate, 21-21.
El dinero había salido a la par, pero cantando colorados. Ahora, las apuestas vivían entre turbulencias, benditas turbulencias. Pausa. Darío, algo contrariado, hablaba con los jueces. No era el momento de irse del partido. El pelaire puso la pelota en juego. Mariezkurrena respondió, Darío la paró en el rincón, un poco larga, y el navarro llegó para intentar ganar el partido de carambola. Forzada pero abierta. No se sabe muy bien cómo, el riojano se tiró hacia la derecha para recoger la esférica y dejarla encima de la chapa. Tanto. Victoria.
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Darío se puso en pie, se giró y lanzó su brazo derecho hacia adelante para celebrarlo. La grada se rendía a su figura. Rabia y alegría. Sumaba diecisiete triunfos consecutivos y la racha se iba a cortar en el peor momento. No era suficiente con que el año pasado se lesionara en el primer partido de la feria y que su compañero la acabase ganando con su suplente, Peio Etxeberria, sino que ahora se condenaba en la primera tarde, si bien con veintiún tantos hechos la receta para el jueves es la misma, ganar o caer eliminado.
Hasta ese momento, el partido había sido muy duro, con tantos muy peloteados. Darío había comenzado al nivel que acostumbra este verano firmando sus primeros cuatro tantos con otros tantos remates de aire. La finalización rompía ese áspero inicio, ya que hasta ese 4-2 inicial, con dos tantos de aire de Iker Larrazabal, se contabilizaban 126 pelotazos. Se presumía un largo partido y así fue.
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Larrazabal imprimía velocidad y Darío contestaba, aunque en realidad fue el saque del alavés el que cambió el rumbo del partido. Enlazó tres después de que Darío mandase la pelota a la contracancha. Pasó de verse 4-2 y mandar por 4-6 y la pareja de Baiko ya no se apeó del mando del electrónico... hasta el último tanto.
Caminó el enfrentamiento a trompicones, con muchos pelotazos. Larrazabal y Mariezkurrena fijaron una nueva renta, 6-10. Darío mantenía el ritmo, pero el dúo de Aspe necesitaba algo más. Se colocaron 9-10, si bien dos errores del riojano fijaron el primer descanso en 9-12. Por momentos, este partido recordaba al del día anterior. Incluso cuando comenzó a romperse, aunque por rentas pequeñas.
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Volvieron a acariciar el sorpaso cuando Larrazabal mandó la esférica a la chapa tras un pelotazo de Rezusta. Empate, 16-16. Ilusiones renovadas que pronto anularon los de azul al fijar un parcial de 1-5 amparados en cuatro aciertos y un error de Rezusta, inconformista con su golpe y viendo la espalda de su adversario. Sin embargo todo cambió y si ese parcial había sido doloroso y se daba como definitivo, no lo fue. Quedaba lo mejor, lo que se recuerda, esos cinco tantos en los que se concentra el partido y de los que los aficionados hablan. Del otro partido, hasta el 17-21, se habla menos.
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