Darío pasa como un ciclón por Ataun en el Manomanista

Arrancaba el torneo por excelencia con novedades, como adelantar la pasa medio cuadro o contar con botilleros durante el partido. No afectó ni lo uno ni lo otro a Darío, que marcó su ritmo desde el inicio merced a una primera tacada de cuatro tantos. «El mano a mano es de tacadas, por eso el saque es muy importante», decía el riojano horas antes del partido. Así, el delantero de Ezcaray sumó siete tantos con la jugada inicial, a los que sumó doce más. Casi completó un partido perfecto, porque no perdió pelota alguna. Las rentas se fueron haciendo más amplias con el paso de los minutos. El 10-3 ya hacía presagiar un partido decantado, pero en la pelea individual el electrónico es mucho mas veleta. Darío sintió la distancia, pero no se marchó del partido.

Lo había advertido y no cayó en la relajación de una renta amplia. Serenó su juego. Zubizarreta había hecho todo lo que tenía que hacer. Lo que pudo. Siete tantos, todos ganados, a su oponente. Su noveno partido en el campo profesional. Darío había sido campeón del Promoción el pasado año. Galones en el palmarés y sobre la cancha. Alcanzado el ecuador, 11-7, y tras una tímida reacción del vasco. El riojano ya no frenó en su escalada. Firmó otros once tantos, pero esta vez de forma consecutiva. Tantos de todo tipo. Todos sumaron. 22-7 en un abrir y cerrar de ojos. Treinta y ocho minutos y 169 pelotazos. Le espera Iker Irribarria. Le motiva medirse al vasco en un duelo de campeones.

Más allá del partido y del festival, ayer se jugó el Manomanista con público. Primero y último en suelo vasco, ya que el Gobierno autonómico ha tomado la decisión de que, desde hoy mismo, no haya público en los espectáculos deportivos. Queda la pequeña pantalla, como en el fútbol. La medida afecta también, presumiblemente, a la final del torneo, el 29 de noviembre.