Darío y Eskiroz cierran con el título del Masters B un torneo perfecto
El riojano y el navarro sufren, mucho, para superar a Peio Etxeberria y Morgaetxebarria en un durísimo partido
Ocho partidos, ocho victorias en el Masters B y, como premio, el título del torneo. Darío Gómez-Iosu Eskiroz cerraron este sábado en Alsasua el ... círculo perfecto que comenzaron a trazar con el inicio de la competición.Se impusieron a Peio Etxeberria y Morgaetxebarria por 22-19, después de 790 pelotazos y 85 minutos de dura, durísima pelea. Darío mira ya hacia San Mateo, escenario en el que espera «ser más valiente y menos acojonado» en el frontón.
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«Estaba acojonado», admitió Darío al término del partido en los micrófonos de ETB. No le falta razón, porque el inicio que protagonizó era para estarlo. Dominadores en el Masters, con victorias muy claras, no solo se vieron con un 0-4 en contra, sino que no encontraban salida a la situación. «En los primeros tantos no me iban las piernas y no era capaz de dar el paso adelante, pero Iosu nos ha mantenido en el partido», decía. Ninguno de los dos quería ver a Peio Etxeberria y cargaban la pelota hacia Morgaetxebarria. Aun así, no eran capaces de mantener el ritmo y firmar tacadas notables. Del 0-4 se pasó al 5-10, dígitos más preocupantes.Tres tantos ganados y varios errores de los de azul les permitieron empatar el duelo, 10-10, y pensar que la derrota era una pesadilla. «Aun así, no encontrábamos la pelota y aunque cobrábamos ventajas mínimas no acabábamos de despegar en el marcador», explicaba. Marcador ajustado. Un tanto de renta y empate. Era la secuencia. Peio Etxeberria hacía mucho daño cada vez que aparecía y solo con el gesto de atacar la esférica desplazaba a Darío lateralmente con el deseo de haber acertado: rincón o ancho. El pelaire no era capaz de ganar el tanto, salvo de pelotazo, lo que oxigenaba a sus rivales, porque Morgaetxebarria apenas erró. No ganó muchos tantos, pero no los tiró.Meritorio tras el castigo al que fue sometido.
Darío erró de aire con todo a su favor para ver el 16-16 en el marcador. El delantero navarro ligó dos aperturas de gancho perfectas que llevaron al riojano a la grada. En uno de ellos le recogió Ángel López, Kenedi, un de sus más fieles seguidores y que le conoce desde niño. 16-18. Mal escenario.
Peio Etxeberria era el peligro. No es pelotari de Serie B, como otros, pero ha enriquecido el torneo. El navarro sumó el séptimo de sus ocho fallos y Darío acertó, por fin, con el saque para empatar el duelo, 18-18. Nuevo reseteo para jugárselo todo a una carta. Era el momento de ser valiente y dejar atrás los miedos. Yse los quitó.
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Volvió a errar Etxeberria para dar ventaja a los de rojo, 19-18, y pasó al protagonista principal de ese momento que estaba por llegar. Darío acertó con una pelota a la pared, primero, y después con una dejada en el rincón que silenció a los presentes ante la duda de si era buena o no. Lo era. Fue necesario que el pelaire lo celebrará para darlo por hecho. 21-19, la renta más clara a lo largo del partido.
Faltaba el broche de oro al partido y al torneo. Especialista como es en jugadas de artista, a Darío le faltaba la carambola, que ni siquiera había intentando. Agachó el riñón, metió la derecha en los medios y la dibujó a la perfección para acabar. Tanto, partido y título. Un buen sábado que puede convertirse en un gran fin de semana si este domingo Zabala gana en Pamplona el Masters A. «Ya no me acordaba ni cómo se coloca la chapela ni dónde se guarda», bromeo Darío, en estado puro.
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