«Llevo jugando a la pelota desde que tengo uso de razón»
El pelotari, natural de Ezcaray, aprendió a andar dentro de un frontón y ahora es uno de los referentes nacionales de la pelota mano con Aspe
Darío Gómez lleva la pelota mano en sus venas. En el seno de una familia amante de este deporte, nacer y criarse en Ezcaray fue determinante para entender la conexión que siente este joven pelotari cuando pisa un frontón. El delantero lleva desde los tres años entrenando para cumplir uno de sus sueños, competir en el Campeonato Manomanista como jugador de Aspe.
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– ¿De dónde le llega el amor a este deporte?
– En mi casa siempre ha gustado la pelota mano, pero el más aficionado era el hermano de mi padre que nos metió el veneno en el cuerpo desde que éramos muy pequeños. Mi hermano mayor fue el que primero empezó a entrenar en la Escuela de Pelota de Ezcaray. Recuerdo cómo mi madre y yo le acompañábamos y mientras él practicaba más en serio yo le daba golpes a la pelota en la pared de atrás.
– ¿Cuáles fueron sus primeros pasos en este deporte?
– Llevo jugando a la pelota desde que tengo uso de razón, no recuerdo un momento en el que no estuviera practicando. También es verdad que al ser de Ezcaray bebemos mucho de este deporte ya que desde niños estábamos constantemente en el frontón del pueblo.
– ¿Cómo recuerda su etapa escolar?
– Fue una etapa muy bonita. He tenido mucha suerte de criarme y formarme en el club de mi pueblo ya que siempre he visto una gran implicación de nuestros entrenadores. Formamos un grupo muy bueno y el resto ya fue viniendo solo. Me quedo con los recuerdos de los partidos y con toda la gente que conocí en esa etapa, aunque tengo que reconocer que hubo un tiempo en que me costó un poco compaginar la pelota con los estudios. Sobre todo fue en Segundo Bachillerato porque además jugaba con la federación y teníamos que bajar a Logroño una vez a la semana a entrenar.
– ¿Se imaginó en algún momento que llegaría al nivel en el que se encuentra a día de hoy?
–Claro que no. Cualquier niño sueña que de mayor se va a dedicar profesionalmente al deporte que practica, pero de ahí a que se haga realidad es un mundo. En mi caso ha pasado y estoy enormemente orgulloso de ello aunque en mi carrera no existe un punto de inflexión como tal. Yo empecé a jugar a pelota mano porque me apasionaba. Al principio lo ves como un juego pero con los años te das cuenta que no es así. Fue cuando empezaron a fijarse las grandes empresas en mí.
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