El jugador que se convirtió en árbitro
A sus 16 años, Adrián Sáenz Abad compagina el arbitraje con ser juez de mesa y entrenador de baloncesto, además de practicar taekwondo y fútbol sala
A Adrián Sáenz Abad es el claro ejemplo de que la edad es meramente un número. Y es que este riojano ha roto toda las barreras al convertirse en el árbitro de baloncesto más joven de toda la comunidad. Pero este chico, que apenas llega a los 16 años de edad, no solo desempeña la encomiable labor de que se cumpla el reglamento en los partidos de los Juegos Deportivos sino que además es juez de mesa y entrenador.
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El baloncesto ha formado parte de la vida de Adrián desde que apenas era un niño. Empezó a entrenar y a jugar en los equipos de su colegio donde fue conociendo el funcionamiento de este deporte desde dentro. Pero le faltaba algo más. Tal y como asegura, «llegó un momento en el que jugar se me quedó corto» por lo que decidió probar suerte en el mundo del arbitraje.
«Desde que era muy pequeño me llamó la atención la normativa del baloncesto y muchas veces terminaba los partidos preguntando tanto a los árbitros como a los entrenadores sobre las reglas de este deporte», rememora Adrián además de explicar que «no era algo muy normal para un chaval de mi edad». Sus ansias por saber más le llevaron a formarse no solo como árbitro, sino además como entrenador llegando a debutar en ambas disciplinas a los 13 años.
Comenzó a arbitrar en algunos partidos de baloncesto de los Juegos Deportivos que se disputaban en el Adarraga hasta que la pasada temporada pasó a formar parte de la Federación Riojana de Baloncesto dentro de la Liga Mini. Llamó la atención de jugadores y espectadores, ya que «la gente no está acostumbrada a ver a un chico tan joven arbitrar; pero la verdad es que no he tenido ningún problema estos años», relata Adrián. Y es que, tal y cómo él mismo explica, «el baloncesto es un deporte mucho más amable con las decisiones del árbitro si lo comparamos con otros deportes como el fútbol».
El joven riojano también se ha convertido en el entrenador de baloncesto más joven que obtiene la titulación A1
Además de su labor como árbitro, Adrián también ha ejercido como juez de mesa de la federación, aportando su conocimiento y experiencia para garantizar la correcta organización de los partidos y el cumplimiento de las normas del juego.
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Pero Adrián Sáenz no solo puede presumir de ser el árbitro más joven de la región, sino que también es el entrenador con menor edad que obtiene la titulación A1. «Ser el segundo entrenador de un equipo me aporta otras cosas muy diferentes que el arbitraje; puedo formar un vínculo mayor con mis jugadores, transmitirles mis conocimientos e inculcarles, sobre todo, que deben pasárselo bien en los partidos», comenta el joven.
«La gente no está acostumbrada a ver a un chico joven arbitrar; pero la verdad es que no he tenido ningún problema»
Aunque su función y formación se haya centrado en el baloncesto, este riojano no ha querido dejar totalmente de lado una práctica deportiva que le apasiona. De esta manera, es portero en un equipo de fútbol sala de la comunidad y practica taekwondo con la distinción de cinturón naranja.
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No hay que olvidar que apenas ha cumplido 16 años por lo que sus aspiraciones dentro del deporte son proporcionales a sus obligaciones como estudiante. Sacando tiempo de donde ya no queda, Adrián Sáenz Abad es capaz de compaginar todas estas funciones con las clases de tercero de la ESO en el colegio Salesianos Domingo Savio.
Le encantan las matemáticas y la rama de ciencias sociales pero dentro de su futuro no concibe otra profesión que no sea la enfermería. Por ello, ya ha realizado cursos de primeros auxilios, tiene la certificación de socorrista y colabora con Cruz Roja convirtiéndose en un gran ejemplo de la afirmación «quien quiere, puede».
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