La Oyonesa consuma la sorpresa

Con una grada repleta coreando su nombre, lanzó el saque de honor Moisés Laguardia. El reto para el Alfaro de remontar el 4-1 cosechado por los alaveses se aventuraba tan arduo como completar el rosco de 'Pasapalabra'. Y se les complicó a los blanquillos más al ir a remolque durante todo el partido ante una Oyonesa muy ordenada, concentrada y eficaz en lo que tenía que hacer para pasar la eliminatoria.

Se había levantado cierzo sobre La Molineta y favorecía al Alfaro. En el minuto 6, Luis entró en diagonal por la izquierda y su lanzamiento lo repelió Iván. Fue la primera llegada, pero al Alfaro le costaba atravesar con balón la última línea alavesa. Lo buscaba pivotando sobre Íñigo o directo por bandas. Tras botar alto el Alfaro una falta, la Oyonesa salió rápida con balón, Chacón se desmarcó por la derecha y puso el centro a la llegada de Rivas, que batió la salida de Pinillos.

Al Alfaro se le ponía muy cuesta arriba la eliminatoria. Pero repuso esperanzas al encarar Arturo a Iván gracias a un pase entre líneas de Martínez. Paró el portero, pero el rebote favoreció al alfareño y puso el empate.

Mientras los alaveses se ordenaban atrás y lanzaban contras, como la que cabeceó solo Rivas en el 34, los blanquillos tomaron la iniciativa. Íñigo probó de falta en el 30; en el 40, remató fuerte una pared con Luis que paró Iván en el suelo; en el 45, un disparo duro de Moriones lo desvió la defensa rozando el palo.

La Oyonesa reforzó todavía más su retaguardia en la segunda parte. Pero un error local en la salida del balón se lo llevó Medrano. Solo ante el portero, le derribó por detrás Noel. Vio la roja, Miguel transformó el penalti.

Si los de Terroba habían estado bien ordenados hasta entonces, desde ese momento se convirtieron en un muro para el Alfaro, que no podía ni acercarse al área. Entraron los tocados Lacruz y Riccobene a intentar crear espacios. Pero no pudieron y Riccobene tuvo que volver al banquillos por sus molestias en el isquio. En el 76, Aitor cabeceó el empate. Y alimentó algo de esperanzas. Pero con uno menos y sin apenas tiempo, la celebración quedaba para los alaveses.