La condena de ser un filial
Tanto la UDL B como el Calahorra B verían frustadas sus opciones de ascenso por los malos resultados de sus primeros equipos si la liga concluyera hoy
Ser el filial de cualquier gran club trae consigo innumerables ventajas. Estos equipos, gracias a su especial idiosincrasia, suelen gozar de unas mejores instalaciones en ... las que entrenar, un paraguas económico mayor que les respalda, una afición heredada que les acompaña y la ilusión compartida de poder debutar en el primer equipo sin tener que salir de la entidad. Los beneficios son muchos, aunque también lo son sus perjuicios. La UD Logroñés B y el Calahorra B son dos claros ejemplos de ello en la Tercera y en la Preferente riojana, respectivamente, tanto por su pasado reciente como por su presente y futuro próximo.
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Uno de los que más tiempo lleva pagando la condena de ser filial es el vestuario de Yayo Urzay. El Promesas ha visto cómo el ascenso a Segunda Federación se le ha arrebatado de las manos durante dos temporadas consecutivas como consecuencia del decepcionante rendimiento de los 'mayores'. Este curso parece ir de camino a ello.
Fue durante la campaña 2023-2024 cuando el filial blanquirrojo consiguió, en la cancha al ganar al Racing Rioja y superar por 'goal average' al Alfaro en la tabla, catapultarse virtualmente al cuarto escalón del fútbol español. Había que aguardar a los resultados del primer equipo y el fiasco contra el Marbella ante unas Las Gaunas repleta hizo añicos todas las aspiraciones del filial por volver a la categoría.
La historia se repitió un curso después, aunque las esperanzas se cortaron de raíz antes. La UD Logroñés ni siquiera se llegó a clasificar para la promoción a Primera Federación, por lo que el Promesas tampoco pudo pelear por el ascenso cediendo su plaza al La Calzada cuando había terminado la fase regular como segundo en la tabla.
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Esta condena lejos de mermar, se ha extendido a la temporada en curso. El filial blanquirrojo sigue sin dejarse condicionar por el rendimiento de los de Unai Mendia, pero la realidad es que su futuro está intrínsecamente relacionado con lo que ocurra en el Municipal. El primer equipo es noveno en la actualidad mientras que su cantera es segunda a tan solo un punto del liderato -que ocupa el Varea- y registra una de las mejores dinámicas del grupo como el único que se mantiene invicto amén de su buena puntería y su seriedad defensiva.
La UD Logroñés B no es el único equipo que sufre las consecuencias por su condición de filial ya que el del Calahorra también está pagando el castigo de los rojillos tras su reciente descenso a Tercera. Ahora, tal y como le ocurre a los blanquirrojos en el grupo XVI, la cantera calagurritana marca el ritmo en Regional Preferente compartiendo el liderato con el River Ebro y el Cenicero. Sin embargo, y pese a su capacidad realista por ascender, la situación del primer equipo volvería a lastrarle ya que es séptimo.
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