La UD Logroñés perdona el triunfo y la goleada
Los riojanos empatan en Las Gaunas ante el Alavés B en un partido plagado de ocasiones locales y un desajuste defensivo decisivo
No pierde pero no gana. Y no gana porque paga el error, en defensa y en ataque. La UD Logroñés ha cedido dos puntos ... más en Las Gaunas. Cierto que ante el líder, el Alavés B. Cuatro en tres partidos. ¿Demasiados? Lo cierto es que ha podido golear al filial vitoriano porque ha gozado de muchas y buenas ocasiones, pero las ha desaprovechado, mientras que su rival solo ha necesitado dos disparos entre los tres palos para marcar su gol. Difícil explicar por qué este equipo necesita tanto para marcar tan poco, pero lo que no necesita explicación es su necesidad de ganar, ganar y ganar para alcanzar su meta.
El fútbol es uno de los pocos escenarios capaces de explicar lo inexplicable, de que lo imposible sea posible o de que el favorito no gane siempre. El Alavés B llegaba líder a Las Gaunas tras acumular tres triunfos en cuatro partidos e infundiendo respeto, incluso temor. Para los locales este partido suponía su primer gran examen de la temporada. Necesitaban ganar para mantenerse en la distancia, para generar autoestima y para demostrar que también son un aspirante al ascenso y no solo por nombre.
UD Logroñés
Royo, Yasin, Ugarte, Codina, Iñaki, Madrazo (Facchin, 71), Sarriegi, Urcelay. Seguin, Arias (Cobo, 75) y Yurrebaso (Goti, 80).
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Alavés B
Adrián, Keller, Pérez, Parada, Egoitz, Mendes (Sánchez, 60), Doumbla, Ropero ( Romera, 85) Mariano (Maroan, 80), Gagua (Aimar, 60)y López (Eneko, 85).
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Goles: 1-0, m. 21. Arias; 1-1, m. 61. Egoitz.
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Árbitro: García de la Loma. Amonestó a Iñaki, Ugarte y Goti, por la UD Logroñés; a Doumbla y Egoitz, por el Alavés B.
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Incidencias: Las Gaunas. Quinta jornada de Segunda Federación. Tarde soleada. 3.042 espectadores en las gradas.
Resulta difícil explicar que el cuadro vitoriano sea líder a tenor de su propuesta, amparada en el físico pero limitada en las ideas. Quizá fuera mérito de la UD Logroñés, que dicho sea de paso no se encontró cómoda durante muchos minutos y en el primer ataque visitante pudo verse por debajo en el marcador si Kike Royo, una vez más, no hubiera salvado el uno contra uno, esta vez ante Ropero. Error inesperado de Ugarte al borde del área, pero grosero fallo.
Ni uno ni otro jugaba, pero el fútbol elige líderes por su contundencia en las áreas y ahí fue mejor la UDL. Mejor en la abundancia porque inexplicable es que el Alavés B no se fuera al descanso con dos o tres goles en contra. En ese caos futbolístico que los entrenadores rebautizan con el nombre de partido táctico, Arias tiró de calidad para adelantar a su equipo con una volea ajustada al palo izquierdo tras pase de Seguin. Éste había sido titular en una alineación de retornos respecto a la que se había visto ante el Laredo. Un gol es mucho, pero también poco. Apenas cuatro minutos después, Yurrebaso pudo marcar el segundo tras una contra de Seguin, pero disparó al cuerpo de Adrián. Llegaba el momento de enumerar ocasiones, generadas y no aprovechadas. Urcelay probó desde la medular en una de sus pillerías; Adrián evitó el gol sobre la raya de gol después un remate en propia puerta de Keller tras centro de Madrazo; Yurrebaso buscó la vaselina desde la frontal del área, pero Adrián recuperó espacio; y la zaga sacó el balón tras un remate de Seguin en el segundo palo, con Madrazo una vez más como asistente. Perfectamente el marcador podía haber sido de dos o tres cero al descanso, pero conocida es la relación de este equipo con el gol. Explicar lo inexplicable.
Difícil. Nada cambió. Como si no hubiera habido arenga. En apenas dos minutos, Madrazo generó dos ocasiones más. A la primera le sobró intención y le faltó precisión; en la segunda intervino una vez más Adrián con acierto para sacar el balón abajo y cruzado del extremo local.
Demasiadas ocasiones, como ante el izarra, pero aunque navarros y vitorianos vistan los mismos colores nada tienen que ver. Aira dio aire a su equipo con Aimar y Sánchez y pronto Egoitz repuso las tablas. Arrancó Ropero con libertad y filtró el pase la carrera de su compañero para que anotara. Empate fruto, sobre todo, de las muchas oportunidades erradas y de un desajuste defensivo. Quizá por eso el Alavés llegaba con nueve puntos, porque no perdona la que tiene. Una forma de explicar su privilegiada clasificación.
La UD Logroñés entró en compás de espera. No es nuevo. Cuando encaja o cuando tiene la obligación de marcar con el reloj en contra profundiza en ese estado de ansiedad. Parada quiso apuntillarla con un disparo lejano y Yurrebaso dio respuesta con un testarazo imposible que acabó con el balón en manos de Adrián. Restaban veinte minutos. Ni muchos ni pocos, depende del uso y aprovechamiento que se haga de ellos.
Ninguno de los dos los rentabilizó. Se adentró el partido en un intercambio de golpes de última hora. Testarazo de Cobo tras una salida en falso de Adrián; cabezazo de Keller a balón parado y disparo de Ugarte por encima del larguero. Se la jugaba ya todo la UD Logroñés sin un nueve en el campo tras la retirada de Yurrebaso. Goti y Cobo eran los falsos nueves, mientras que Facchín se convertía en el pulmón. Faltaba frialdad mental, sin embargo. Y un hombre gol.
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