La SDL y la fórmula de la juventud
Los jóvenes blanquirrojos se miden a un equipo, el Amorebieta, que apuesta siempre por la veteranía de sus jugadores
Hace tan solo dos años, el Amorebieta jugaba en el fútbol profesional. De hecho, el conjunto vizcaíno disputó dos temporadas en la Segunda División del ... fútbol español, la 2021/22 y la 2023/24. En su primera experiencia no le fue nada bien: solo consiguió nueve triunfos y descendió a la Primera Federación. Sin embargo, se repuso y al año siguiente consiguió un nuevo ascenso, con las complicaciones que conlleva subir desde la tercera categoría. La experiencia fue similar a la de dos años antes y bajó nuevamente.
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Pero lejos de intentar un nuevo ascenso a Segunda División, el Amorebieta siguió los pasos de la UD Logroñés, bajando dos categorías después de un muy mal inicio de curso, aunque en el caso de los blanquirrojos no de manera consecutiva. De Segunda a Segunda Federación, un trago duro de asimilar para la afición que se congrega en Urritxe.
El conjunto dirigido por Aitor Zulaika pretende ahora luchar por el ascenso y se ha confeccionado una plantilla de mucha calidad y experiencia con jugadores como Ion Etxaniz, de 34 años, Mikel Arzalluz (30 años), Odei Onaindia, de 36 primaveras, Julen Castañeda, que tiene 35 años al igual que el portero Jon Altamira o el centrocampista Fausto Tienza. El bloque vizcaíno tiene una media de edad de las más altas de la liga.
Una receta similar a la utilizada años anteriores, como la temporada 2020/21, cuando lograron el ascenso a la antigua Segunda B, con jugadores como Saizar (37 años), Aimar (36), Míkel Álvaro (38) o Seguín (31). Al año siguiente, para subir a Segunda División mantuvo a Saizar, Mikel Álvaro y Seguín y sumó a San José (32) y Roberto Santamaría (36).
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Dos ideas muy distintas si se compara con la SD Logroñés, cuyo jugador más veterano es el guardameta Kike Royo, que cuenta con 34 años. El resto de plantilla, salvo Zubiri (31 años) y el lateral izquierdo Hualde (30), rondan los veintipocos.
Posiblemente por tema presupuestario, pero desde hace años que el club blanquirrojo apuesta por jugadores jóvenes y con proyección. En la campaña 2020/21, cuando salvo el central César Caneda, que tenía 42 años, el resto eran veinteañeros. Desde entonces, la media de edad de la SDL ha sido de las más bajas de la categoría, como la del curso pasado, con jugadores como Albizua (19 años), Montero (20), Argente (23) y Oriol Marí (24). Este equipo, dirigido por Carlos Pouso y Adrián Cantabrana, rozó nuevamente el ascenso.
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