Los jugadores del Anguiano regresan a su campo tras celebrar el gol de Barace. Sonia Tercero

El Anguiano pone fin al proyecto de Flaño

La UD Logroñés cae en Isla y sus dirigentes cesan al entrenador al que sustituyen por Sergio Rodríguez

Domingo, 24 de noviembre 2024

El Anguiano ha explicado a la UD Logroñés cómo se juega en un campo como Isla y cómo se gana en esta categoría (2-1) ... pero, sobre todo, ha puesto fin a la etapa de Miguel Flaño en el banquillo. La UDL tuvo ocasiones suficientes para ganar, pero como le ha pasado en muchas ocasiones, cuando quiso no pudo. El Anguiano, pleno de coraje y pelea, en lo que fue absolutamente superior aprovechó la debilidad defensiva para marcar dos goles con cuatro disparos entre los tres palos. Esta UD Logroñés no da para más. Ni para ganar a los de arriba ni a un recién ascendido, condición que no está demostrando este Anguiano.

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Anguiano

Roberto, Ale Santos, Arechavaleta, Medrano, Joel, Barace (Pedro, 90+), Iñigo, Álvaro, Sergio (Urrecho, 72), Olarte (Samu, 60) e Iker (Badr, 72)

2

-

1

UD Logroñés

Daza, Yasin, Ugarte (Eloy, 69), Monreal, Mateo, Verdú (Riki, 60), Garrido, Caballero (Facchin, 60), Madrazo, Barrero (Agüero, 69) y Lupu (Gualda, 31)

  • Goles: 1-0, m. 28. Barace aprovecha un rechace de Daza; 1-1, m. 83. Agüero; 2-1, 90+, Samu.

  • Árbitro: Casabona Isla. Amonestó a Medrano y Urrecho, por el Anguiano; Madrazo, Monreal y Yasin, por la UD Logroñés.

  • Incidencias: Isla. Mañana ventosa y fría. Decimotercera jornada de liga. Buena entrada, con presencia de aficionados de la UD Logroñés.

Más allá del marcador, la UD Logroñés es un equipo roto, incapaz de jugar a fútbol en este momento. Miguel Flaño apostó por dos puntas, con Barrero y Lupu, si bien este último solo aguantó treinta minutos. Sobre el papel, la idea estaba clara, pero en sus apuntes olvidaron notas fundamentales para doblegar al Anguiano y a Isla. Los serranos ya pidieron una pena máxima por una caída de Olarte. Era la muestra de su juego. Una vez en campo blanquirrojo, rapidez, jugadores desbocados, pugna, pelea e intensidad. Todo aquello que es obligatorio en Isla y que la UD Logroñés demostró no tener. Cierto que se hizo con la posesión, pero sumar minutos con el balón no deja de ser una verdad a medias. No había llegada clara, tampoco en el Anguiano. Fútbol muy pobre en calidad.

Quería llegar el once de Flaño, pero no sabía. Tampoco le servían los apuntes recogidos en agosto, cuando jugó en este campo. Seguían moviéndose por dentro, acumulando jugadores. Verdú no estaba en su carril y Yasin no percutía. Un balón al segundo palo que voleó Madrazo. Roberto despejó el cuero. Y por la izquierda, el vasco se sentía una vez más solo, porque las apariciones de Mateo se limitaban a colgar balones desde la zona de confort.

En ese escenario el reinado era para el Anguiano. Había podido adelantarse a balón parado, otra carencia que asume la UDL, pero Arechavaleta no acertó en el segundo palo. Aun así, y amparado en el trabajo, se hacía con todos los balones divididos. Caballero no podía y Garrido, novedad, no comparecía. En una de esas pugnas el partido se desequilibraba. Iker ganó en su acción a Ugarte y Monreal, sin coordinación, fuera de sitio y sin capacidad de reacción. Tocó lo justo y Sergio arrancó en velocidad, se plantó ante Daza, que retrasó la celebración, pues Barace llegó para aprovechar el rechace y marcar. Un desajuste absoluto impregnado de falta de intensidad. Sin fútbol de ataque y sin fuerza defensiva.

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Las imágenes del Anguiano-UDL. Sonia Tercero

Comenzaba la contrarreloj. Esa a la que siempre se apunta este equipo cuando necesita salvar el resultado y ha desperdiciado muchos minutos. Perdió a uno de sus especialistas, Lupu, con problemas musculares. Se sumó Gualda, que antes del descanso pudo marcar, como Monreal, pero las ocasiones solo sirven para justificar resultados adversos. La ocasión no es gol. El Anguiano, con dos disparos entre los tres palos, mandaba en el marcador merced a su coraje y retrataba a un adversario muerto y que se iba a la sala de reanimación, al vestuario.

En cualquier otro momento con los indicadores positivos, la UD Logroñés habría empatado, incluso adelantado en el marcador, en los primeros minutos de la segunda mitad, pero la tendencia es negativa. Medrano repelió el balón de Mateo, que de haberle superado hubiera acabado en las redes; apenas dos minutos después, Barrero cedía el cuero a Roberto tras un balón de Verdú que solo había que alejar del portero en boca de gol. Habían cambiado los logroñeses, no los serranos, pero tampoco lo necesitaban. Tiempo de calma, de paciencia a la espera de que capease el temporal, que tampoco era demoledor.

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Esos indicadores alertan de que cuando los valores no mejoran tienden de empeorar, aunque se mantengan estables. Gualda ganó la posición en el área y estrelló el balón en el poste, que se paseó por la línea de gol y acabó en saque de esquina. Una síntoma más. Facchin y Riki se sumaban al partido; Samu, también, y fue decisivo. Tiempo para buscar soluciones. El Anguiano se mantenía y la UDL perdía ritmo. No encontraba soluciones y ahora el reloj ya era un claro enemigo más.

Soluciones que halló Flaño en el banquillo momentáneamente. Facchin, Riki, Aguero y Eloy. En el día que más lo necesitaba, el técnico acabó con un once sin hombres de área. Paradójico. El aire blanquirrojo ya no soplaba con tanta fuerza. No salía el Anguiano, aunque pudo dar por acabado el partido, pero Daza evitó el gol de Iñigo. Lo acabó lamentado, porque apenas cinco minutos después, Agüero remataba de cabeza y superaba a Roberto. Un empate celebrado como si se tratase de un triunfo. Paradójico también marcar de cabeza sin delantero y con un futbolista cuyo fuerte no es el juego aéreo. Incluso el argentino, que marcó en agosto, pudo hacer el segundo con la espalda, pues le golpeó el balón tras disparo de Riki. Pudo ser gol, pero no lo fue.

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Todo lo contrario que en la experiencia de Samu con el balón. La jugada había nacido con un córner a favor de la UDL y un posterior saque de banda en campo serrano. Mateo le dio el cuero a Garrido, que se lo dejó robar por Badr para cedérselo en profundidad a Samu. En carrera y escoltado por Monreal se plantó ante Daza y le superó. Tragicomedia, vida y muerte en Isla.

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