Una derrota de las que duelen

No se había asentado la UD Logroñés en el alto césped de Ibaia cuando Ropero advirtió de las intenciones locales. Royo mandó el balón a saque de esquina. Sensación gélida, como el viento que soplaba con fuerza. El portero era uno de los once que habían saltado al césped en un alineación continuaste de Diego Martínez, con las novedades, eso sí, de Yasín y Aitor Seguin.

Intenciones desveladas, el Alavés B se hizo con la posesión del balón merced al trío que formaban Mendes, Doumbia y Diallo. Puro músculo. Le costaba mucho a los riojanos robarle el balón y, además, lo perdían con suma rapidez en su salida en largo. No estuvieron precisos. Un obstáculo para el que crea. El fuerte viento envolvía el esférico y hacía difícil precisar su descenso. Probó entonces la UD Logroñés por abajo, por la derecha. Yasín, Arias y Seguin encontraron la vía e incluso el balón al área, pero no hallaron a su rematador.

Intenciones desveladas, el Alavés B se hizo con la posesión del balón merced al trío que formaban Mendes, Doumbia y Diallo. Puro músculo. Le costaba mucho a los riojanos robarle el balón y, además, lo perdían con suma rapidez en su salida en largo. No estuvieron precisos. Un obstáculo para el que crea. El fuerte viento envolvía el esférico y hacía difícil precisar su descenso. Probó entonces la UD Logroñés por abajo, por la derecha. Yasín, Arias y Seguin encontraron la vía e incluso el balón al área, pero no hallaron a su rematador.

Posesión pero sin llegada clara. Era lo que ofertaba el cuadro local. No sufría defensivamente la UDL, si bien necesitaba algo más para que al once albiazul le entrase el miedo. Se lo despertó Iñaki, pero Jony no respondió con su cabeza a su buen servicio, aunque fue necesario rescatar el carril derecho para que el miedo encajase. Hilvanó la UD Logroñés tres minutos tan locos como estériles. Gaizka evitó el gol de Seguin, que le picó el balón ante su salida. Soberbio pase filtrado de Arias. Acto seguido el vasco disparó cruzado desde la izquierda. Lamentos entre los blanquirrojos, incluidos los trescientos aficionados que multiplicaron el número de entradas como si de panes y peces se tratase. Aun quedaba la tercera, la que levantó a todo el banquillo logroñés. Seguin cayó dentro del área perseguido por Parada. Penalti. No lo entendió así el colegiado, aunque se lo dijera el asistente según desveló Diego Martínez al término del partido. «No me jodas», penaron todos parafraseando a Mejuto González. La UD Logroñés había pasado de dominado a dominador sin tener apenas el balón, pero sí profundidad, aunque no le sirvió para irse a vestuarios con ventaja.

Muy diferente fue el segundo tiempo. El Alavés B bajó su ritmo. Era imposible mantenerlo y además el viento soplaba ahora a favor de los riojanos. La UD Logroñés se hizo con el esférico y pudo adelantarse por dos veces en el marcador. Primero, Jony mandó el balón fuera con la portería vacía; después Gaizka sacó el esférico en el mano a mano con Madrazo. Se torcía la mañana, aunque aún faltaba que todo se acelerase hacia la derrota y la frustración. No había aparecido el equipo local en ataque, pero de repente el colegiado vio una mano que nadie más vio en Sarriegi. Ropero se encargó de zanjar las discrepancias batiendo a Royo, que para mal de males llegó a acariciar el esférico.

Penaltis, un gran tema de debate, porque si el colegiado sí que vio éste y no el que había sufrido Seguin, tampoco apreció el derribó de Egoitz a Codina en los últimos minutos. Pero es que en la misma jugada, Sarriegi también cayó dentro del área. El balón venía desde la esquina. Cualquiera de los dos pudo serlo. Nada. Y como no era el día, Gaizka se encontró en el último minuto con el balón para desviarlo a la madera e impedir el gol de Urcelay. Derrota. Dolorosa e injusta, pero derrota. Yno es solo lo que queda, sino que hay más. Codina y Sarriegi no podrán jugar contra el Aragón el domingo en Las Gaunas. Otro filial. Peligro.