Eran mil

Sergio Rodríguez pedía, tras el partido, paciencia. Paciencia a la afición, porque «su momento llegará». Y ojalá llegue, porque mientras tanto, y a pesar de demasiadas decepciones, afición hay.

Este sábado, Anduva era muy logroñesista: las camisetas blanquirrojas llenaron una grada, lo mismo que antes llenaron las calles de la ciudad, en una magnífico ambiente de fútbol y de buen rollo.

Eran las 850 entradas que vendió el club, pero seguro que eran más: parecían más de esos #mildeanduva que se querían conseguir. No callaron en todoel encuentro, más cuando, en la segunda mitad, la UDL atacaba en esa portería.

Luego llegó la decepción. Pero año a año, se va viendo que en esta ciudad hay hambre de un equipo que aspire a cosas. Y que cuando lo haga, tendrá detrás afición. Porque estas cosas (derrotas incluidas) ayudan a crear la pequeña y gran historia de un club. Su momento llegará.