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Fernando Díaz

¡Viva San Fermín!

La UDL alcanza la siguiente ronda de la Copa del Rey en un partido de escaso lustre que se resolvió en los penaltis con el portero de Baños metiendo el gol definitivo

Luismi Cámara

Logroño

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Miércoles, 6 de septiembre 2017

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Logroño grita esta noche “¡Viva San Fermín!”. No se han vuelto locos los logroñeses ni han decidido celebrar en septiembre las fiestas pamplonesas. Este miércoles toca levantar a hombros a otro Fermín, uno que llega de Baños y ha dado el pase a la UDL a la siguiente ronda de la Copa del Rey. El portero blanquirrojo ha sido el protagonista de una eliminatoria que se ha resuelto tras 120 minutos y nueve penaltis.

Fermín Sobrón, el habitual suplente de Miguel Martínez de Corta, aprovechó su oportunidad, paró la séptima pena máxima a Ángel y marcó la última, la que dio el pase a la UDL contra un Adarve que dio una buena imagen sobre el campo pero que acabó calentando con sus gestos a la afición local, que le despidió con cánticos de “¡A tu casa!” mientras celebraba el triunfo de los suyos.

La UDL alcanza la tercera ronda de la Copa del Rey junto a un histórico Calahorra que también superó al Leioa en La Planilla, completando un hito del fútbol riojano.

No fue fácil, pero el triunfo final hace olvidar el mal partido de los blanquirrojos. De hecho, fue el Adarve el que entró con fuerza y contundencia en el partido, sin amilanarse ante un rival superior sobre el papel. Así, con un equipo madrileño más centrado y una UDL imprecisa, el balón se quedaba en el centro del campo la mayor parte del tiempo y se perdía lejos de ambas porterías ante la falta de acierto de ambos contendientes.

El ritmo se alejaba del que han mostrado los hombres de Sergio Rodríguez en este ilusionante principio de temporada. Más lento, menos intenso, y con sensaciones no demasiado buenas, el conjunto blanquirrojo perdía el gusto por tocar la pelota pero no sufría tampoco ante un contrario que, pese a controlar el duelo, no parecía que tuviera pegada como para asustar y asaltar la meta defendida por Fermín. Eso sí, los de Víctor Cea eran superiores, ganando cada batalla y cada choque.

La mejor ocasión para la UDL vino de un rechace del visitante Moreira que casi se cuela en la puerta madrileña y que supuso un amago de susto para Parra. Los riojanos se desperezaron en los últimos minutos de esta primera mitad, con otra ocasión para Cifu, pero no se acercaban a lo esperado por la hinchada blanquirroja.

Héctor metió el miedo en el cuerpo en el minuto 40, tras recibir dentro del área local y lanzar un disparo a media vuelta ajustado que se marchó fuera cerca del palo. No entró y se escapó la primera mitad.

De lo malo, lo mejor. Pese al mal partido de los logroñeses, el empate era positivo porque daba la impresión de que sólo se podía mejorar.

Tras el descanso, Iván Aguilar tuvo la ocasión más clara para poner la eliminatoria a favor de la UDL pero, con Parra ya batido, mandó el balón fuera tras golpear con el empeine. Sólo se habían disputado dos minutos de la segunda mitad, pero era la primera muestra de que Sergio Rodríguez había puesto las pilas a sus pupilos y cambiado el tono del equipo.

Ahora sí, la UD Logroñés se parecía a la UD Logroñés. Con más toque, más diagonales y creando dudas en un Adarve que ya no staba tan cómodo.

El técnico local apostó por el órdago definitivo y dio entonces la entrada a Ñoño, la gran figura de este comienzo de campaña. Definitivamente, empujados por sus seguidores desde la grada, los riojanos se lanzaron a por un partido trabado que no querían que llegara a la prórroga. Más por arrestos que por acierto, intentaron buscar el gol definitivo ante un rival que, por el contrario, veía en el tiempo extra una solución más que un castigo.

Siguió buscando el gol la UDL en la prórroga y disfrutó de varias ocasiones consecutivas claras de Miguel Santos, Rayco y Salvador pero sin suerte.

Los madrileños buscaban los penaltis, los logroñeses pretendían huir de ellos. Pero el gol no llegó en los 120 minutos gracias a un Parra que se convirtió en el mejor hombre del replegado Adarve con sus intervenciones ante las ofensivas contrarias.

Todo se tuvo que decidir al todo o nada en la tanda de penaltis. A cara o cruz. Con un ambiente crispado por los gestos y discusiones de los madrileños fueron cayendo los penaltis. Los dos contendientes acertaron con los cinco reglamentarios, primero los de fuera, luego los de casa. Tocaba ya la muerte súbita. El que fallara, se quedaba fuera.

Fermín paró el séptimo a Ángel, pero Parra hizo lo mismo con el lanzamiento de Paredes. En el noveno, Jacobo lo mandó a las nubes y Fermín se plantó delante del cancerbero rival. Templó y, con un disparo cruzado que engaño a Parra, logró el acierto definitivo que daba el pase a la UDL. Fermín quedó entonces sepultado bajo sus compañeros y aficionados en una montaña de felicidad.

Cuando le dejaron respirar, el portero de Baños ya era distinto para todos. Ya era San Fermín.

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