«Marqué el primer gol del nuevo campo y a punto estuve de meter el último en el viejo»

Morales saltó al campo con el brazalete de capitán y con la sensación de que está viviendo una jornada grande para el balompié riojano. «Fue un día muy especial, en el equipo teníamos claro que iba a haber un ambiente espectacular y que el estadio se iba a llenar; queríamos aprovecharlo y enganchar a la gente al equipo», expone el riojabajeño.

Así, califica la jornada como «muy bonita e ilusionante» y asegura que la plantilla tenía «muchas ganas» de jugar ante un Primera como el bloque vitoriano y competir. Y eso se notó desde el comienzo. No en vano, se acababa de superar el primer cuarto de hora de juego y el Logroñés se adelantó en el marcador. ¿Quién marcó? Morales, quien todavía hoy asegura tener en la memoria el tanto. «Cogió el balón David Martín en la banda y metió un pase, Álex Fernández dejó pasar el balón y yo aparecí desde atrás, controlé y enganché un disparo cruzado que pegó en el palo y entró», rememora con detalle.

Y, ¿qué sintió? «Muchísima alegría, me acuerdo que me quité la camiseta y debajo tenía otra de la peña El Litro», afirma. Su nombre iba a quedar ya para la eternidad en la historia de ese campo. «Y eso para mí, como riojano, es un auténtico orgullo», certifica el habilidoso extremo.

Era el principio de una nueva etapa y el final de otra. La del viejo Las Gaunas. «Nos daba cierta pena irnos de aquel campo porque era muy acogedor», expone Morales. «Parecía más pequeño de lo que en realidad era, la gente estaba muy encima de los jugadores y animaba muchísimo», añade antes de recordar que casi inscribe también su nombre en ese campo. «Marqué el primer gol del nuevo y a punto estuve de marcar el último en el viejo», recuerda. «Pero fallé un penalti», apostilla. Así, David Martín fue el autor de esa última diana.

El cambio de una 'casa' a otra se notó. «El nuevo Las Gaunas daba la sensación de ser muy grande», explica. «El equipo estaba muy bien entonces y recuerdo que en el partido siguiente al de la inauguración fueron también 10.000 espectadores; después ya iban los 3.000 o 3.500 fieles de siempre, pero era un lujo jugar ante ellos», reitera el exfutbolista.

Veinte años después, Morales, que sigue ligado al deporte en Aldeanueva como coordinador y entrenador de la escuela de fútbol de la localidad y como técnico del Aldeano, admite que el tiempo ha pasado muy rápido y que las cosas han cambiado mucho. «Logroño merece tener un equipo en Segunda, por lo menos», sentencia Morales, quien se lamenta de que en la pasada temporada la gente no pudiera poblar las gradas de Las Gaunas por culpa de la pandemia. «Fue muy mala suerte», se lamenta. «Hay que intentar que un equipo ascienda otra vez para que la gente pueda ir al campo y se enganche», añade. «Tal y como se demostró en aquel partido contra el Alavés, la gente en Logroño tiene muchas ganas de fútbol», concluye.