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AFP
Jornada 13

Dembélé rescata un punto

El Barça sobrevive a un escenario propicio para el Atlético con el gol de Costa y en el que la lucha y el empuje se impusieron al juego

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Sábado, 24 de noviembre 2018

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Más trascendental a priori para el Atlético de Madrid que para el Barcelona, rojiblancos y azulgrana disputan este sábado en el Wanda Metropolitano uno de los partidos de la temporada, un duelo en la cumbre entre aspirante y campeón, separados ahora por un solo punto a favor de los culés. Un choque directo por el título en el que el resultado pudiera resultar al final decisivo para la resolución de la Liga, en la que continúa mandando el Barça, aunque sin consistencia y con demasiadas dudas, perseguido, entre otros, por un Atlético que con Diego Pablo Simeone nunca ha conseguido ganar «al que siempre ha sido el mejor equipo del mundo», según considera el técnico argentino, que se enfrenta a un reto de altura contra un rival que no está en buen momento.

«Afrontamos el partido con energía, entusiasmo y la palabra oportunidad», aseguró este viernes Simeone, prudente, al igual que Ernesto Valverde, ante un enfrentamiento rodeado por el respeto previo, en el que al Barça se le presenta la ocasión de dar otro golpe de autoridad tras la goleada al Real Madrid en el Camp Nou, y al Atlético la posibilidad de superar por fin una barrera que le relanzaría en sus opciones de competir y pelear por la Liga. En un choque de estilos entre un Atlético en teoría destructor y contragolpeador y un Barça dueño del balón y dominador, aunque no controle los encuentros, la incógnita radica en si el Atlético de Simeone será valiente y ambicioso desde el inicio o preferirá, fiel a su costumbre ante los azulgrana en el campeonato doméstico, aguantar y jugar a expensas del enemigo.

«Cada uno cumplirá el guión. El Atlético es candidato al título, también en la Champions, y necesitamos una de nuestras mejores versiones, ya que tienen un centro del campo muy versátil y son especialmente peligrosos», advirtió Ernesto Valverde, convencido de que los rojiblancos «no notarán sus bajas (Godín, Giménez y Juanfran)». El entrenador extremeño no podrá contar sin embargo con el lesionado Rakitic, lo que puede obligarle a reforzar el medio campo y modificar su sistema, para dejar a Messi y Luis Suárez como únicos delanteros ante un conjunto que ha recuperado la solidez defensiva y es el menos goleado del campeonato (ocho tantos), mientras que los azulgrana son los más goleadores (34 dianas). «Arturo Vidal es una posibilidad», se limitó a decir Valverde. «Jugará Vidal por Rakitic claramente», aventuró Simeone la víspera de un enfrentamiento sin favorito claro, pese a que el Barça esté un escalón por encima del Atlético, sobre todo, por Messi, a quien se enfrentará Griezmann por primera vez después de que el francés rechazase en verano al Barça, supuestamente por no estar a la sombra del crack argentino.

El Atlético no gana al Barcelona en la Liga, ni en su estadio ni en el Camp Nou, desde hace 16 partidos y casi 19 años, cuando el 14 de febrero de 2010 se impuso al conjunto catalán en el Vicente Calderón (2-1). Ante un desafío que puede ser decisivo al término del campeonato en el 'goal average' particular, el nuevo escenario, el Metropolitano, lucirá este sábado el mosaico más grande de la historia del Atlético, formado por 67.000 cartulinas, para que, durante la salida de los jugadores al terreno de juego, los colchoneros den un primer paso para intentar intimidad a un adversario tan poderoso.

«El partido es muy, muy importante, tras perder el anterior (3-4 frente al atrevido Betis), aparte de que este año está todo más comprimido y la Liga está más abierta que nunca», admitió Valverde, mientras Simeone, con dos únicos centrales del primer equipo disponibles, aunque recién recuperados (Savic y Lucas), no quiere excusas: «Para nuestra gente y nosotros el partido es más importante que algunas lesiones que hemos tenido». A quien sí recupera también el Atlético es a Diego Costa, negado frente a los azulgrana, que están dando unas preocupantes muestras de inestabilidad defensiva de las que se podría aprovechar el dúo formado por Griezmann y el delantero hispano-brasileño, que lleva ya nada menos que 18 encuentros consecutivos sin marcar, aunque en el bando local tienen muchos más motivos para temer a la pareja Messi-Luis Suárez.

Coutinho no fuerza

El Barça llega al Wanda Metropolitano con la confianza que le da su buen bagaje de resultados ligueros en feudo rojiblanco en los últimos años y con la fortaleza mental que le concede su gran rendimiento en los partidos de nivel disputados esta temporada, pero no puede evitar la incertidumbre causada por la irregularidad actual. La derrota 3-4 ante el Betis hizo daño, además en el regreso tras su lesión de Messi, quien dos semanas después ya jugará sin miedo a caer para no lastimarse otra vez el brazo. El argentino, como Piqué o Ter Stegen, no ha ido con su selección y estará descansado. Azote habitual del Atlético, vive estos partidos con pasión.

Su presencia y la de Luis Suárez, en punta, está confirmada, pero el interrogante es si tendrán un acompañante en el tridente o si Ernesto Valverde aprovechará las circunstancias para recuperar un 4-4-2 con el que se siente más seguro. La lesión de Coutinho, que no forzará y no viajó, y el castigo a Dembélé, quien difícilmente será titular en un gran escenario tras la polémica, invitan a pensar que Arturo Vidal y hasta Sergi Roberto o Rafinha podrían entrar en la media del once junto a Busquets y Arthur. El brasileño, que viene de jugar los dos partidos completos con su selección, descansaría de no ser por la baja de Rakitic, lesionado y sancionado.

De momento, la noticia es el regreso de Dembélé a la convocatoria, mientras que Coutinho se queda fuera con Rakitic, Vermaelen y Denis Suárez, el único descarte por decisión técnica. El canteranos Carles Aleña se consolida entre los 18.

Alineaciones probables:

Atlético: Oblak, Arias, Savic, Lucas, Filipe Luis, Saúl, Rodrigo, Koke, Lemar, Griezmann y Diego Costa.

Barcelona: Ter Stegen, Sergi Roberto, Piqué, Umtiti, Jordi Alba, Vidal, Busquets, Sergi Roberto, Arthur, Messi y Luis Suárez.

Árbitro: Gil Manzano (Extremeño).

Estadio y horario: Wanda Metropolitano. 20:45 h. (Movistar Partidazo).

Cuando el partido se pone bronco y la lucha y el empuje se imponen a otras variables del juego, rara vez sobrevive mejor un equipo que no sea el Atlético. Sin embargo, esta máxima no se cumplió ayer en el Wanda Metropolitano, en un partido en el que el Barça rescató un punto que parecía perdido cuando el duelo agonizaba . El partido comenzó con el tacticismo y la prudencia propios de uno de esos 'partidos de campeonato', en los que se miden dos de los candidatos a todo. Cada uno en su estilo, con el Barça monopolizando el control del balón y el Atlético replegado en su propio campo aunque gozando de la comodidad de saber controlada la situación ante una circulación excesivamenta lenta del equipo de Ernesto Valverde, que llegaba a la cita del Wanda Metropolitano sin Rakitic y Coutinho, a los que sustitutían Vidal y Arthur. Por su parte, Simeone lamentaba las ausencias de Godín, Giménez y Juanfran y sin recambios defensivos del primer equipo en su banquillo. Los minutos pasaban y los colchoneros seguían viendo el partido en zona de confort, desde esa atalaya defensiva habitual que en esta ocasión se mantenía lejos del sufrimiento ante la falta de profundidad del Barça, abocado a la magia de Messi y a la paciencia de una partida de ajedrez, buscando el triunfo desde cualquier mínima fisura del rival.

Atlético

Oblak, Arias, Savic, Lucas Hernández, Filipe Luis, Saúl, Rodri, Koke, Lemar (Vitolo, min. 64), Griezmann y Costa (Correa, min. 78).

1

-

1

Barcelona

Ter Stegen, Semedo, Piqué, Umtiti, Jordi Alba, Busquets, Vidal (Malcom, min 85.), Sergi Roberto (Rafinha, min. 46), Arthur (Dembélé, min. 78), Messi y Suárez.

  • goles 1-0: min. 77, Diego Costa. 1-1: min. 89, Dembélé.

  • árbitro Gil Manzano (Comité Extremeño). Mostró amarilla a Busquets, Lucas Hernández, Griezmann, Umtiti, Costa, Rodri y Rafinha.

  • incidencias Partido de la decimotercera jornada de Liga disputada en el Wanda Metropolitano ante 66.204 espectadores.

El Barça también parecía satisfecho con el paisaje, ya que los rojiblancos apenas se aproximaban a su zona defensiva, tan mal parada en un campeonato en el que hasta este partido los culés igualaban registros negativos de goles encajados de hace 44 años, con 18 goles en contra en 12 partidos. Ante la intrascendencia de los hombres de ataque y la inactividad de las defensas, el duelo se centraba en el centro del campo, con los mariscales Busquets y Rodri demostrando seguridad y los escuderos Vidal y Saúl guardando sus espaldas. Ante la escasa exhibición de fútbol de una primera parte para el olvido, hasta el propio Messi daba la impresión de contagiarse, mostrando una de esas imprecisiones tan escasas en su fútbol con el lanzamiento de una falta que se fue varios metros por encima del marco de un inédito Oblak. Esta fue la acción más parecida a una ocasión de los primeros 45 minutos del partido, que se lleva el dudoso honor de ser el primero de esta Liga que llega al descanso sin un sólo remate a puerta. Pobre demostración de fútbol en el estreno del nuevo césped del coliseo colchonero.

La entrada en el campo de Rafinha por el lesionado Sergi Roberto tras el descanso tampoco cambió el panorama, con el Barça llevando el peso del juego y el Atlético pertrechado en su campo, esperando un contraataque para tratar de hacer daño. Griezmann y especialmente Diego Costa, alicaidos en los últimos tiempos y con tres y cero goles en Liga respectivamente, asistían al pobre espectáculo como meros espectadores, desesperados y relegados a esas batallas del otro fútbol y sin oler el balón. Sólo el talento del francés permitió llevar algo de temor a las filas blaugranas, cuya defensa tembló ante su internada por banda derecha y posterior centro que a punto estuvo de rematar Costa y que finalmente salvó Piqué.

Fue un oasis en el desierto, ya que el partido entró en una lenta agonía de disputas y rencillas, sólo aderezado por un posible penalti tras una presunta mano de Vidal en el área blaugrana que el VAR finalmente descartó. El escenario parecía ideal para el Atlético, que disfruta como nadie en la disputa y en los partidos de empuje. Así lo demostró el tanto de Diego Costa, que llevaba meses sin catar el dulce sabor del gol y celebró con rabia el remate a la red de Ter Stegen tras un saque de esquina botado por Koke desde el perfil derecho del ataque rojiblanco y un salto en el que se comió a Rafinha. Esa fue la última acción del partido para el hispano-brasileño, al que los problemas físicos obligaron a abandonar el césped. Valverde buscó la reacción de la mano de Malcom y Dembélé, que parecía más que discutido por sus polémicas por actos de indisciplina en las últimas semanas y que acabó vestido con el traje de héroe para empatar el partido cuando ya agonizaba y que prolonga la sequía de Simeone frente al Barça, al que jamás ha derrotado en Liga como entrenador colchonero.

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