La gran aventura de Fernando Magaldi
El corredor inicia mañana el TOR330, prueba extrema en los Alpes, con 330 kilómetros por recorrer en 150 horas
El último gran reto del año o el gran reto de su vida... hasta el momento. Fernando Magaldi afronta este domingo el TOR330 o el ... Tor de Géants. Sus cifras invitan a pensar si afrontarlo o no: 330 kilómetros por los Alpes, a los pies de grandes montañas que deberá recorrer en 150 horas, con un desnivel positivo de 24.000 metros y 48.000 metros acumulados. Magaldi tomará la salida este domingo a las 10.00 horas desde Courmayeur, en el valle de Aosta, y confía en cubrir las distancia en 110 horas, aproximadamente, para concluir el jueves.
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«No hay llanos, salvo en los últimos kilómetros de los 330, en la llegada a Courmayeur. Siempre estás subiendo o bajando. En sí, la distancia se recorre en un circuito que tiene los caminos y senderos señalizados. Una única vuelta. Para mí, es la gran aventura de mi vida», explica el corredor, que el viernes por la mañana salió de Logroño rumbo a la localidad italiana, de apenas 3.000 habitantes, y que mira hacia el Mont Blanc (4.820 metros), el pico más elevado de la Unión Europea.
El TOR330 discurre por las faldas de los grandes colosos europeos, caso del Mont Blanco, el Cervino o la Montaña Rosa
La cita alpina da continuidad al reto que completó este verano corriendo 2.000 kilómetros, sobre todo por carreteras riojanas, durante cuarenta días. Si la primera es dura, esta es extrema. Magaldi llega al Tor330 con 7.000 kilómetros acumulados en sus piernas en este año 2025 y absolutamente convencido de poder completarla. «Me encantaría hacer podio en mi categoría, +60, pero primero quiero acabarla porque no sabes cómo responderá el cuerpo en esas condiciones. Tengo un plan bien definido, pero luego tiene que salir todo bien», admitía antes de partir.
Ese plan ha tenido un guion previo para poder cumplir con las exigencias. «Primero, y al margen del entrenamiento, me he tenido que equipar. Te obligan a llevar dos frontales y a estar geolocalizado. No puedes acceder a la red eléctrica, por lo que voy cargado de baterías externas para mantener vivos los frontales, el teléfono, el reloj... Lógicamente, he metido mucha ropa de abrigo en la mochila, porque por la noche, y a esa altitud, vamos a correr con temperaturas por debajo de cero, aunque afortunadamente descartan la nieve. Y por el día se anuncian 20 grados e incluso algo más, que en la montaña es mucho calor», explica.
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LAS CIFRAS
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Es la media por hora que pretende hacer por los Alpes italianos Eso significa correr 96 kilómetros cada 24 horas. Su reto es concluir el Tor de Géants en 100 ó 110 horas
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Desnivel positivo que presenta el recorrido en sus 330 kilómetros a los que hay que sumar otros tantos negativos En suma, un sube y baja de 48 kilómetros.
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Es el tiempo máximo que puede dormir de seguido durante el transcurso de la prueba Cada 50 kilómetros puede recibir asistencia médica. Cada 10, comer e hidratarse.
Una vez tome la salida en Courmayeur tendrá que seguir la idea fijada. «Mi intención es correr unos 96 kilómetros cada veinticuatro horas y dormir dos horas en esas veinticuatro. Solo puedes dormir dos horas de continuo, por lo que la exigencia es enorme. Cada 10 kilómetros hay refugios con comida, bebida y en los que puedes dormir. Y cada 50 kilómetros, hay lo que llaman 'base de vida', en la que te puedes alimentar, duchar, dormir y cuentas con asistencia médica. Lo que me dicen es que llega un punto de kilometraje en el que los médicos te vendan los pies por el castigo que proporciona cada metro a las articulaciones, en especial tobillos y rodillas», relata.
¿Y qué comer? «En mi caso, comida normal. Pasta, pan, patata, arroz,... muchos hidratos. Más allá de la competición en la que esté, no altero la dieta que me marca la nutricionista. No soy de tomar ni geles, ni barritas, ni nada de eso, simplemente comer con normalidad», explica. ¿Y ropa? «Mucha y de abrigo, porque ahora mismo hay prácticamente doce horas de noche en el día. Anochece a las 19.30 y amanece a las 7.30. Y la noche es fría», reitera.
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Su intención es acabar el jueves, pero quedarse en el valle hasta el domingo, porque es el día de clausura de la prueba. Y espera subir al podio. Y si no lo logra, habrá dado unos días más a su aventura. En la montaña es feliz y en Aosta va a poder mirar cara a cara al Mont Blanc, al Gran Paradiso, al Monte Rosa o al Cervino, entre otros colosos. Todos ellos de más de 4.000 metros.
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