Un caballito para la historia
El décimo puesto de Rocío García en Suiza rompe una barrera para el ciclismo de montaña femenino en España
Rocío García (BH Templo Cafés) levantó la rueda para cruzar la línea de meta en Lenzerheide. Había acabado décima en la sexta prueba de la ... Copa del Mundo. Una posición que el ciclismo femenino de montaña soñaba (aunque aspira a más, como es lógico) y que la pupila de Carlos Coloma convirtió en realidad. Saludó al público, que ya la va conociendo, y celebró un décimo puesto que representa más que lo que refleja la clasificación de la carrera suiza.
Vigésimo octava en la general de la Copa del Mundo, García hace tiempo que da muestras de su potencial. Es la mejor 'biker' española, más allá de si es Sub'23 o no. A sus 21 años ha logrado algo que se puede catalogar de histórico para este deporte en España. Máxime, porque la Copa del Mundo está más abierta que nunca y son muchas las aspirantes cada domingo a la victoria.
«Ya tocaba, ¿no?», decía ayer la ciclista de viaje a Navacerrada, donde se concentrará en altura a la espera de la próxima cita, en Canadá. Y tocaba, claro que tocaba. Abrió la Copa con una décimotercera plaza en Alemania en su debut en élite. Se alejó de los puestos de cabeza en Nove Mesto y Vallnord, aunque su peor momento lo vivió en Les Gets. García no lograba romper la distancia que le separaba de las mejores y que aún no ha desaparecido por completo. Se quedó a las puertas del podio europeo una semana después de arrasar Arguedas para colgarse de nuevo la medalla de oro, en el Nacional Sub'23, aunque ganó la carrera con una superioridad aplastante. Ya lo había hecho un año antes en Moralzarzal. Mejoró sus prestaciones en Val di Sole y explotó, por ahora, en Lenzerheide. Todo ello a pesar de la desilusión que supuso acabar vigésimo novena en la clasificación del viernes.
Rocío García ha pasado por altibajos, pero ha evolucionado en cada carrera disputada
Su salida en la carrera fue espectacular. En la vuelta inicial había ganado veinticinco plazas, rodaba cuarta. «Sabía que tenía que salir muy fuerte si quería ir con las mejores», reconocía García, consciente de que en la pista se adelanta y en el sendero no se deben perder posiciones. Y con ellas se mantuvo, aunque llegó un momento en el que fue cediendo posiciones. Ahora bien, no cree que se deba a que las carreras se le hacen largas todavía. «No es un problema de aguantar la segunda mitad de la carrera, sino de que en ocasiones me cuesta coger el ritmo», indica.
Bien es cierto que en todas las citas se ha visto obligada a recuperar muchas posiciones en los primeros giros. Andorra fue un ejemplo. En el primer giro ganó veinticuatro posiciones y se colocó décima. Una caída arruinó su progresión; luego sufrió una segunda. «Ahora leo las carreras de forma diferente. Es importante entender que no se puede llegar a la primera plaza en un giro, sino que hay que trabajar toda la prueba. Voy aprendiendo», asume García.
Y es que esta temporada es de aprendizaje. Podría estar peleando por el podio en categoría Sub'23, pero aceptó el reto de codearse con Jolanda Neff, Kate Courtney, Pauline Ferrand, Sina Frei, Anne Terstra, etc. Son sus rivales del presente y algunas de ellas, del futuro. Su próxima cita será en Mont Saint Anne, el 1 de septiembre, aunque allí correrá en Sub'23, como ya hizo en el reciente Campeonato de Europa. Y una semana más tarde dará por cerrada la Copa del Mundo con la cita estadounidense de Snowshoe. Puede ganar incluso algunas plazas en la general, aunque tampoco sea muy importante. El reto, con 21 años, es seguir creciendo. Con calma, pero sin pausa.
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