Nueva exhibición de un Logroño que huele Europa

El conjunto franjivino, que demostró que el triunfo en Granollers no fue fruto de la casualidad, se mete gracias a la victoria (36-23) de lleno en la pelea en la zona noble.

La primera parte del Ciudad de Logroño fue para enmarcar. Para colocar en la mesilla de luz durante varios años. Fueron posiblemente de los mejores treinta minutos de la temporada en la que el conjunto franjivino jugó un gran balonmano. Los riojanos supieron imponer su ritmo desde el principio con una defensa intensa sobre Pablo Simonet, Teixeira y Fede Pizarro. Esto ayudó a que Jorge Pérez parara algunos lanzamientos que permitieron algunas contras de Rubiño y Edu Ortiz.

y si la defensa funcionaba a la perfección, el ataque posicional jugó a un altísimo nivel. Con una circulación de balón a gran velocidad y un balonmano redondo y completo, el Ciudad de Logroño empezó a abrir hueco pronto ante un Cuenca que no sabía bien por dónde le venían los golpes.

Lidio Jiménez paró el reloj en el minuto 11 cuando los riojanos ya ganaban 10-4. De poco le sirvió reordenar a los suyos porque el nivel del equipo de Miguel Velasco no dejó de pisar el acelerador. Las ayudas en defensa se multiplicaban y cuando podía el conjunto local corría, tanto al contragolpe como en contragol. Los franjivino tenían energías para ello pese a estar en cuadro.

En los últimos compases de esa primera parte ambos conjuntos empezaron a sentir cansancio. El ritmo bajó un poco pero el equipo logroñés siguió comandando las acciones, los tiempos. Así, repartiéndose errores en ambos conjuntos se llegó al descanso con un 20-11 a favor y muy buenas sensaciones. Ahora solo le faltaba completar con regularidad lo obtenido en esos brillantes primeros treinta minutos.

Y pese a comenzar con algunas dudas, el Ciudad de Logroño pronto las despejó. El Cuenca intentó achuchar a los locales en el inicio de la segunda parte, pero aunque los primeros lanzamientos no fueron acertados, poco a poco los franjivino se fueron asentando en la pista de un Palacio de los Deportes que disfrutó con los suyos. Casi a la desesperada y con 26-17 en el marcador, Lidio Jiménez gastó su último tiempo muerto en el minuto 38.

De nada sirvió. Algunos jugadores conquenses prefirieron tomarse la venganza por otros medios. Una fuerte defensa de Palonino contra Simonet por poco acaba en una tangana. El Korchi y el central argentino se marcharon excluidos de aquella reyerta; unos minutos después, Fede Pizarro vio la roja directa (y la azul, que significa un informe), mientras otros jugadores visitantes se enfrentaron a la grada.

Todo estaba sentenciado desde antes en un auténtico espectáculo franjivino.