El Logroño se engancha a Mohamed Aly

Lo de Aly en la primera mitad fue una exhibición. El egipcio dejó en muy mal lugar a Jorge Pérez. El antiguo cancerbero del Logroño, ayer titular con el rival, no detuvo ninguno de los once lanzamientos dirigidos a su portería en la primera media hora. Mientras, el franjivino se lució con nueve paradas en 23 intentos para un fantástico 39,13% de efectividad. Aly resultó esencial para que en la primera parte, dominase el Logroño. Comenzó el choque en O Gatañal con dos paradas y acabó con unos últimos minutos que permitieron a los de Velasco marcharse al descanso con una mínima ventaja que pudo haber sido más amplia.

Los visitantes dominaron hasta por tres goles de inicio ante un cuadro gallego que sobrevivía a base de la inspiración de Juan del Arco, que logró cinco de los primeros ocho goles locales. Sin embargo, del ventajoso 6-9 se pasó a la primera ventaja del Cangas (11-10), después de varios errores y algo de mala fortuna (un palo y un larguero) de los franjivino. Intentaba temporizar el Cangas y evitar la velocidad del rival. Se agarró entonces el Logroño a su portero y volvió a dominar. Cuando tenía ocasión de marcharse a vestuarios con tres goles de renta, una pérdida y una bonita colgada resuelta por Brais González dejó el partido en el aire (14-15).

Llamó a filas Velasco en el vestuario a los suyos, o eso parecía, porque volvieron a salir más centrados atrás, liderados de nuevo por un enorme Aly. Ponía en bandeja la victoria el egipcio a poco que estuvieran atentos sus compañeros. 17-22 de salida. Y como el portero no dejó de parar (rozando ya el 42% de efectividad), la renta siguió creciendo y llegó a seis (18-24) para un Logroño que, además de defender, encontraba buenas soluciones en ataque.

Quedaba todavía esperar la reacción de los locales, impulsados por el «sí, se puede» que coreaban sus entregados y ruidosos aficionados. Los de Velasco, con lo justo en el banquillo, debían contemporizar para alcanzar al final sin demasiadas angustias.

Los problemas pudieron llegar con la roja a Palomino, la consiguiente inferioridad franjivina y el empuje de los de Nacho Moyano. Y así fue. Tuvo que pedir tiempo muerto Velasco cuando vio cómo su excelente diferencia favorable se quedaba en unos peligrosos dos goles todavía con nueve minutos por delante.

Pudo ponerse a uno el conjunto gallego, pero una pérdida culminada por Edu Cadarso y una nueva parada de Aly sofocaron la revuelta local. Jorge Pérez, mejor en los minutos finales, detuvo dos penaltis a los Cadarso para mantener la emoción, aunque el intercambio de golpes favorecía al Logroño. Aly volvió a cerrar con llave y se acabó el partido para los gallegos. Victoria logroñesa. Este año sí que hay portería.