El Ciudad de Logroño ofrece su peor cara
Sin corazón. ·
Un conjunto franjivino desdibujado y sin capacidad de reacción cae en Aranda y enciende sus alarmasUn equipo sin alma. Jugadores rindiendo muy por debajo de su nivel. Un bloque sin capacidad de reacción, que está cuajando posiblemente la peor primera ... vuelta de los últimos tres lustros. El Ciudad de Logroño es una sombra de aquel equipo que peleaba por meterse en Europa o pelear una final en la Copa del Rey. Los jugadores son prácticamente los mismos que el curso anterior, pero el conjunto se muestra como un bloque aparentemente indolente, sin poder hacerle daño a un recién ascendido como el Villa de Aranda, que este sábado le ganó bien en el Santiago Maguán por 32-27. Una imagen de equipo triste que está muy lejos de los objetivos por los que fue construido. Por suerte para los franjivino, todavía queda mucho margen de mejora, aunque el calendario hasta las vacaciones asusta: Barça, Huesca, Bidasoa y Ademar le esperan a los de Velasco.
La primera parte del Ciudad de Logroño fue muy floja, sobre todo en el aspecto defensivo. La retaguardia franjivina sufrió demasiado las incursiones de Arthur Pereira y el central Dalmau, un verdadero dolor de cabeza. Después de trabajar toda la semana cómo frenar a un recién ascendido, la primera línea sorprendió a los riojanos sus lanzamientos.
Parecía el equipo de Miguel Ángel Velasco con la cabeza muy lejos del pabellón arandino, siempre ruidoso, siempre lleno. Las pérdidas se empezaron a acumular a medida que los amarillos empezaron a tomar el control del encuentro, siempre con Dalmau, Pereira y el pivote Rogonovs como abanderados al gol.
Xoan Ledo no terminaba de cuajar un buen encuentro, mientras la defensa se perdía en los cruces del equipo burgalés, que para el cuarto de hora del choque abría una renta de tres goles (11-8), lo que obligó a Velasco a frenar el reloj y replantear la idea de partido.
Entraron Álvaro Preciado y Andrej Pergel, pero no hubo reacción. Para colmo, los jugadores visitantes se empezaron a ofuscar con los árbitros. Otro partido perdido cuando la ira se centra en los colegiados.
El Villa de Aranda, mientras tanto, siguió con lo suyo: mucho cruce y lanzamiento en apoyo sobre un flojísimo Zaja, Ponciano o Uríos, una sombra de lo que son. El Logroño hacía esfuerzos, eso sí, para aferrarse al partido en transiciones rápidas bien ejecutadas por Xavi Tuà o tiros desde el exterior de Ponciano. Pero los de Velasco no podían recortar los dos y tres goles con los que mandaban los locales, que se fueron 17-14 arriba en el marcador al descanso.
Tras el paso por vestuarios, la imagen del Logroño fue muy distinta. Defensas duras, contraataques rápidos, ataques certeros. Así, con las pilas puestas, los riojanos remontaron a un Aranda que se quedó perplejo con el parcial 5-1 que ponía por delante a los visitantes.
Pero duró un suspiro y rápidamente el equipo de Velasco volvió a ser el mismo bloque plagado de desajustes defensivos, errores en las toma de decisiones y ataques demasiado previsibles. Y si a eso se le suma el entorno, la derrota estaba cantada. Solo restaba saber por cuánto. Al final, con una imagen muy desdibujada, los franjivino se marcharon con un 32-27 en contra.
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