Otro final para olvidar

Poco a poco se fueron estabilizando las defensas aunque a los dos porteros les costó entrar en acción. Lo cierto es que el Ciudad de Logroño fue a remolque en el electrónico casi toda la primera parte.

Velasco movía sus fichas pero veía cómo en el minuto 16 Preciado dejaba el campo lesionado. Una opción menos en un banquillo ya escaso. Otro problema más. Por suerte pudo jugar la segunda mitad.

Ramos y Janosi percutían la portería de Ledo que se entonó a tiempo para permitir correr algo a los franjivino. Además, Simonet dejaba algunas pinceladas del gran jugador que es con dos golazos desde fuera.

El Ciudad de Logroño atacó bien y forzó muchas exclusiones (4) en la primera parte lo que le permitió disfrutar de buenas opciones de lanzamiento. Una pena que los de Velasco no aprovecharon cuando Puente Genil se quedó con cuatro jugadores de campo por exclusiones a Ledi y Keita. UN parcial de 2-1 se antoja escaso para semejante ventaja numérica.

Destacó la efectividad de Cadarso desde los siete metros. A pesar de errar el primero, David anotó los seis siguientes.

En los minutos finales de la primera mitad, un tiempo muerto por equipo para preparar la última jugada. Dos goles. Lástima que Bernabéu se inventara un lanzamiento sobre la bocina que golpeó en el poste, dio en la cabeza de Ledo y entró en la portería. Empate a 16 goles. Partido nuevo después del descanso.

Mismo loco guion en el inicio de la segunda parte. Gol, contragol. Gol, contragol. Lucha con espadas sin punta, nadie hiere a nadie. Todo sigue igual, 19-19.

Comenzó entonces a ponerse cuesta arriba el partido para los locales que veían cómo Puente Genil se hacía con un preciado botín: tres goles de renta (19-22). Acción, reacción. Tiempo muerto de Velasco.

Sirvió el reseteo porque los franjivino fueron capaces de igualar el partido (23-23). Más piernas en defensa y dos paradas consecutivas de Ledo fueron clave. Y eso que Zarzuela y Tuà perdonaron tiros francos desde sus respectivos extremos.

El duelo se movía en una baldosa. No había espacio para la sorpresa y se sucedían los empates a 24, 25, 26, 27, 28

Entró el partido en los minutos de la verdad, esos que no supo jugar el Ciudad de Logroño en Cuenca. Era cuestión de saber si los de Velasco habían hecho propósito de enmienda y tenían claro cómo llevarse la victoria.

Errores en los pases y la exclusión de Zarzuela a falta de cinco minutos llevaron el corazón de los presentes al límite. Demasiada ventaja para un rival que olía sangre.

Llamó a los suyos Velasco con tres minutos por jugar y tres goles de desventaja (30-33). En busca del final de partido perfecto.

Gol rápido de El Korchi. Pérdida de balón y repite el madrileño (32-33). Hasta aquí el sueño. Un penalti transformado por Simonet y un error en el lanzamiento de Tuà fueron definitivos para los intereses del Ciudad de Logroño.

De nada sirvió el postrero gol de El Korchi que puso a los locales a un solo tanto. Zaja tuvo un lanzamiento desde quince metros para empatar, pero era una quimera.