La primera media maratón disputada en época invernal

Una de las características de la Media Maratón de La Rioja y que, en ocasiones, se ha convertido en uno de sus mayores enemigos, es que tradicionalmente se disputa con altas temperaturas.

El emplazamiento tradicional la sitúa en la mañana del último domingo de mayo (o excepcionalmente, si hay elecciones) en la del primero de junio. En esas fechas, en la capital riojana lo normal es que el termómetro suba notablemente cuando avanza la mañana. No será lo mismo el próximo domingo.

Eso hará que, aunque se mantendrán los ocho puntos de avituallamiento líquido en el recorrido, en esta ocasión no habrá esponjas húmedas para refrescarse como solía (puntos kilométricos 2,5; 7,5; 12,5 y 17,5) porque no parece que vaya a ser muy necesario.

Además, ese frío y especialmente la situación de pandemia que se vive actualmente hará también que los atletas, cuando lleguen a la meta, no encuentren el habitual área de recuperación que gestionaba el Colegio de Fisioterapeutas de La Rioja. Es necesario extremar al máximo las medidas de seguridad y minimizar, en la medida de lo posible, los riesgos, y la sucesión de atletas en las mismas camillas sin posibilidad de ser totalmente higienizadas no hacen aconsejable que este año, se pueda ofrecer ese servicio, que sin duda se retomará el próximo mes de mayo, cuando la Media Maratón de La Rioja –si el COVID no lo impide – celebre por todo lo alto su trigésima edición, para la cual ya está trabajando el nuevo equipo organizativo.