Fieles a la historia y a la ecología
Esta bodega familiar ha trabajado para recuperar cuatro variedades autóctonas, como son la Maturana Blanca y Tinta, el Tempranillo Blanco y el Graciano, además de apostar desde sus inicios por el respeto y cuidado del medio ambiente
Una bodega joven, pequeña y familiar, pero con las ideas bien claras desde que en 1991 la fundara Dionisio Ruiz Ijalba, empresario dedicado a la ... construcción y a la explotación de graveras. Mucho antes, en 1975, había plantado su primer viñedo –ahora cuenta con 94 hectáreas– y lo hizo tras recuperar una antigua cantera, rellenar el hueco con suelos pobres procedentes de desmontes de caminos y cubrir la parte superior con una cubierta vegetal, sentando las bases de su filosofía.
Junto al carro que da la bienvenida al visitante se inicia el recorrido por esta bodega, ubicada a tan solo diez minutos de Logroño. En esta parte se explican, a pie de su viñedo experimental, las diferentes variedades de uva con las que trabajan. Se incide, además, en las cuatro autóctonas que han recuperado: la Maturana Blanca, la Maturana Tinta, el Tempranillo Blanco y el Graciano, que dan nombre a sus cuatro vinos varietales. Se trata de variedades muy minoritarias, menos productivas, pero que dan sentido a esa forma de entender el vino de Dionisio Ruiz Ijalba, que a sus más de 90 años sigue acudiendo a la bodega.
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Visita, cata y aperitivo
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Recorrido por la bodega, cata de tres vinos ecológicos y aperitivo riojano: En esta visita se explica el cultivo del viñedo y el proceso de elaboración del vino, así como las peculiaridades de la bodega. De martes a sábado (hay que consultar la disponibilidad los domingos y festivos). Duración: entre 60 y 75 minutos. Imprescindible cita previa. Turnos en castellano e inglés.
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Visita copa en mano
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Recorrido por la bodega y catas en diferentes puntos: Después de conocer los viñedos, y con la copa en la mano, se realizan varias catas, desde el depósito de fermentación, barrica hasta el vino embotellado. Degustación de vinos y aperitivo. Duración: 1 hora y media. Reserva previa (no disponible para menores de 18 años y hay que consultar la disponibilidad fuera de época de vendimias).
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Catas singulares
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Vino en terraza o en winebar: Dos opciones de cata: 'La cadena', degustación de cuatro vinos ecológicos (Ijalba Genolí, Ijalba Tempranillo, Ijalba Crianza e Ijalba Reserva), o 'La Monovarietal', degustación de sus cuatro vinos monovarietales (Ijalba Tempranillo Blanco, Ijalba Maturana Blanca, Ijalba Graciano, Ijalba Maturana Tinta). Imprescindible reservar previamente.
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Reservas
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Teléfono: 618492098.
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Correo electrónico: ijalba.enoturismo@ijalba.com
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Otras ofertas: Posibilidad de celebrar en Viña Ijalba eventos (comuniones, bodas, etc.), congresos y reuniones. En el interior cuentan con dos salones: Salón Viura y Salón Maturana
Desde sus inicios, Viña Ijalba ha sido pionera en la elaboración de vinos ecológicos. Un respeto por el medio ambiente que ha pasado de generación a generación y que Dionisio ha sabido transmitir a su hija Marisol, encargada de la gerencia, y a su nieta Cristina, directora de exportación. Así, este viñedo ecológico no se trata ni con insecticidas ni plaguicidas; alrededor de las cepas se colocan cables rojos finos por los que se expulsan feromonas para engañar a insectos y plagas.
Ofrece vistas bien definidas del valle y cómo lo limitan las sierras de Cantabria y de la Demanda
Esa diferenciación se potencia en Viña Ijalba, además de incidir en su condición de vinos veganos y en su singularidad de ser una bodega muy enfocada a los blancos, con una elaboración que ronda el 30 o 35%, mientras que en Rioja se sitúa en un 6 o 7%.
Justo antes de llegar a la nave de elaboración, se hace una nueva parada para hablar de los límites de la Denominación. Desde Viña Ijalba se puede ver cómo se encuentra enclavada en pleno valle, flanqueada por la Sierra Cantabria y la Sierra de la Demanda. «Es el microclima perfecto para la elaboración del vino», resalta Juncal Ruiz de Vergara, responsable de enoturismo.
Al ser una bodega familiar, casi todos los procesos están mecanizados, salvo para los varietales, donde se apuesta por lo manual y «seleccionamos la mejor materia prima». En la nave de elaboración, sobresalen los depósitos de acero inoxidable que conviven con dos de madera y otros de hormigón y cemento. En este punto se habla de levaduras. Si en otras se recurre a las artificiales, con las que el enólogo decide qué aromas tendrá el vino, con las naturales que emplea Viña Ijalba es la propia uva la que le dota de sabor y aroma, aunque impliquen fermentaciones más largas, cercanas al mes.
Viña Ijalba exporta más del 70% de su producción, sobre todo a Canadá y a países del norte de Europa, quizá por su mentalidad más sostenible y en sintonía con la filosofía de la bodega que desde hace 30 años elabora vinos ecológicos. Siguiendo la estela de lo natural, afrontó en 2018 un rediseño de las etiquetas de sus botellas, para darles ese toque más cercano a la naturaleza.
El recorrido lleva después a la nave donde descansan 1.500 barricas de roble francés y americano. En ellas reposan por un breve tiempo sus varietales y también su gama de criados (Múrice, Cuvée, Crianza y Reserva). Ahora se encuentran en plena trasiega. En función del número de visitantes, la visita puede terminar en el mirador que permite una vista de 360 grados de las sierras que delimitan la Denominación y que ofrecen una imagen sin igual de las cuatro torres de La Redonda, Palacio y Santiago. Unas vistas privilegiadas que pueden contemplarse copa en mano.
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