El práctico truco de cocina de Karlos Arguiñano para cocer los garbanzos
El popular cocinero de Beasain desvela las claves para elaborar los garbanzos y que se cuezan a la perfección. En este truco de cocina Karlos Arguiñano insiste en la importancia de ponerlos a remojo
X.G..
Jueves, 19 de enero 2023, 17:49
Karlos Arguiñano lo tiene claro: para combatir el frío nada mejor que un buen plato de legumbres. El popular cocinero de Beasain sigue ofreciendo todo tipo de trucos de cocina en el programa 'Cocina abierta' que presenta en Antena 3, donde tan pronto prepara una sabrosa tortilla de gulas con tomatitos como explica el paso a paso de una receta de cocina de una fettuccine a la puttanesca. Y todo, con ese estilo tan dicharachero y didáctico al que acostumbra el propio Karlos Arguiñano.
En esta ocasión, el popular chef se animó con un plato de cuchara muy característico en esta época del año y con el que se consigue combatir a la perfección el frío: una borraja con garbanzos.
Karlos Arguiñano: «Los garbanzos, a remojo»
Para ello, lo primero que hizo Karlos Arguiñano fue poner a remojo los garbanzos, un alimento muy socorrido en todo tipo de platos, tanto como ingrediente principal como de acompañamiento. «Los garbanzos no todos cuecen al mismo tiempo, pero a remojo hay que ponerlos siempre. Algunos pueden cocer en 20 minutos, otros en media hora, pero siempre a remojo», afirmó enfatizando la importancia de dejarlos siempre en agua previamente para que se reblandezcan.
Para escurrir los garbanzos antes de pasarlos directamente a la olla Karlos Arguiñano recomienda colocar un plato bajo el colador para, seguidamente, echarlos en la olla. «Ahí, siempre agua hirviendo. El agua para cocer los garbanzos en la olla, o en una cazuela normal, tiene que estar hirviendo», detalló antes de añadir una cucharada de cúrcuma -para darles un poco de color y sabor- y una pizca de sal.
El caldo de los garbanzos, aprovechable
Una vez cocidos los garbanzos, Karlos Arguiñano procedió a retirar la tapa de la olla y después terminó de escurrirlos. «¿Veis que ha cogido un colorcito un poco amarillito? Eso es de la cúrcuma, que le va muy bien», explicó en vista de la buena 'presencia' que habían adquirido. Eso sí, también tuvo tiempo de dar un último consejo, esta vez relativo al caldo en el que se habían cocido los garbanzos: «Ese caldo no tenéis por qué tirarlo. Con él se puede hacer una buena sopa por la noche, tranquilamente», finalizó.