Victoria etiqueta un bote de mermelada en su obrador. J. R.

Mermelada, una dulce forma de autoempleo

La Casa de la Mermelada surgió del deseo de Victoria de ingresar al mundo laboral, una vez acabada la crianza de sus hijos. Ahora, ella sola desde su obrador en Anguiano, elabora –de forma artesanal– más de 25 tipos diferentes de mermeladas de fruta

César Álvarez

Logroño

Sábado, 16 de agosto 2025, 09:49

En el año 2011, los hijos de Victoria ya eran mayores con lo cual ya no la necesitaban como los años anteriores, cuando tuvo que ... centrarse en cuidar de la familia. Victoria quería trabajar, pero sin que ello afectara a su calidad de vida. Es por ello que decidió hacer lo que le gustaba: cocinar.

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Entre todas las opciones se decidió por la elaboración de mermeladas que ella ya había hecho alguna vez de forma casera, y además le resultaba un trabajo creativo por aquello de manejar colores, sabores y aromas. Era un trabajo que podía realizar desde casa.

Fue aprendiendo lo que puso ella sola, y luego acudió también a un curso al Museo de la Confitura de Gerona. Con la familia y amigos como 'conejillos de Indias' y soñando que la mermelada se le salía por la ventana, comenzó su actividad en Anguiano creando 'La Casa de la Mermelada'.

Ahora, aunque su producción no es grande –lo hace absolutamente todo ella sola–, vende todo lo que elabora. Lo hace en tiendas de Anguiano, Logroño y el resto de La Rioja, «con alguna cosilla también fuera», señala.

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Ahora está inmersa en la elaboración de la mermelada de Ciruela. Ella misma se desplazó a comprarla al valle del Iregua, «a mí me gusta ver lo que compro. Busco fruta que esté en su momento óptimo. Quiero lo mejor, no me vale eso de que 'esta fruta que ya está madura la guardamos para mermelada...'. Yo no quiero esa fruta, sino la mejor».

Después de la ciruela llegará la mermelada de melocotón, tomate, pimiento, higos... porque actualmente 'La Casa de la Mermelada' tiene en su portfolio cerca de 25 variedades diferentes, «que llegaron a ser muchas más cuando iba a ferias y mercados», señala.

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La fruta, azúcar y el zumo de limón son los únicos ingredientes de las mermeladas hechas en Anguiano

Algunos de esos 'sabores' han conseguido premios en concursos internacionales. Así ocurrió con la de Naranja con Grand Marnier o la de Naranja Amarca, que consiguieron las medallas de plata –hace unos años– en sendos concursos en Inglaterra. También fue premiada su mermelada de mandarina.

Entre la oferta de 'La Casa de la Mermelada' están sabores clásicos y otros más innovadores. «Los clásicos: ciruela, melocotón, fresa, albaricoque... son los más demandados, pero también preparo cebolla con vinagre de Jerez, higos con ron, jalea con vino tinto, pera con vainila, uva tempranillo, piña con ron, membrillo con limón...».

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Todas tienen una elaboración idéntica que explica Victoria. «Sólo hay fruta natural, zumo de limón que aporta un punto de acidez y azúcar. Se cuece hasta quitarle el agua a la fruta», señala. Parece fácil, pero no lo es, porque según explica «hay que saber cuando dejar de cocer, porque cuando está caliente está más líquida, pero al enfriarse pierde fluidez y se hace más sólido».

Esa elaboración, completamente natural porque no lleva ningún elemento 'artificial', depende de la cantidad de agua de la fruta o de los elementos añadidos. «No es lo mismo una mermelada de uva, que es una fruta con mucha agua que una mermelada de manzana, por ejemplo, o de membrillo, que son mucho más secos», señala Victoria.

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Una vez que la mermelada está hecha. Victoria la embota, etiqueta cada envase y ella misma, los prepara para la distribución. Reconoce que tiene una página web, pero en ella no tiene zona de tienda «porque yo estoy sola y no puedo atender también un nuevo canal de ventas como es la web», apunta.

Pero Victoria es capaz de controlar todos los procesos de su negocio, a pesar de que hay 'áreas' que se le hacen más duras como es el tema burocrático: «Llevar un control de la trazabilidad es muy exigente en cuanto a papeleo. Es lógico porque hablamos de alimentos, pero hay que hacer muchos papeles», lamenta.

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Una historia milenaria

Todo apunta a que griegos y romanos ya elaboraban 'mermeladas' aunque en aquel momento no tenía esa denominación. Ellos mezclaban la fruta con miel para conseguir una confitura como la que actualmente da lugar a la mermelada. Después la miel se sustituyó por el azúcar y se convirtió en una elaboración muy apreciada por la alta sociedad y habitual en las cortes europeas.

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