Casa Víctor
Cocina de producto con nombre propioApuesta por una carta de picoteo interesante en la que cobra protagonismo La Rioja y Asturias, tierra natal del propietario
Víctor Riera prácticamente ha dedicado toda su vida a la hostelería. En 1981 sus padres abrieron su primer negocio en la calle Laurel, La Fontana, ... enfrente del local que hasta hace unos meses ocupaba el emblemático El Cachetero. Era el primer proyecto familiar en la capital riojana y la culminación del sueño de un navarro –el padre de Víctor – enamorado de Logroño. En pleno San Mateo de 1981 abrió las puertas ese bar, que enseguida fue ganando notoriedad, hasta que cerró obligado por las circunstancias –el edificio en el que se encontraba se declaró en ruina–. Tener que abandonar ese proyecto entristeció a Víctor Riera –asturiano de nacimiento y con una experiencia ya de 47 años en el sector–, que durante más de una década se negó a pisar de nuevo La Laurel. No obstante, su fuerte carácter emprendedor le llevó a regresar –compaginando su negocio hostelero con otros proyectos relacionados con el ocio nocturno– con Casa Víctor, que abrió sus puertas en 2020, 22 días antes de la pandemia.
Publicidad
No se embarcó solo en esta aventura, ya que le acompaña su hermano Óscar, rostro visible que recibe a quien traspasa las puertas del local en busca de una oferta que prima la calidad del producto, con una propuesta muy variada que invita a compartir.
-
¿Dónde se encuentra? En la calle Bretón de los Herreros, 30, de Logroño, con entrada también por la calle Laurel.
-
Horarios Lunes, martes, jueves, viernes, sábados y domingos, de 12 a 16 horas, y de 20 a 24 horas. Miércoles, cerrados.
-
Reservas 661 520 982
«Tenemos una zona de barra con sus mesas, con una oferta más informal, de picoteo. Contamos con una serie de pinchos en barra, pero prácticamente todo se elabora al momento. Y luego otra área dedicada al comedor y reservada exclusivamente para comidas, que ocupa la parte más alta del local, que da a Bretón de los Herreros, enfrente del antiguo juzgado», detalla Víctor Riera. Su comedor formal cuenta con seis u ocho mesas y una capacidad para 25 personas. Por ello cobra relevancia su terraza, ubicada también en Bretón, donde se sirven comidas y que está pensada para grupos.
CASA VÍCTOREn barra, la propuesta es más informal, con una serie de pinchos que se elaboran al momentoEl corte de jamón, junto a la puerta que da a la calle Laurel, es uno de los puntos diferenciales del local
En estos cinco años, Casa Víctor se ha situado como una parada imprescindible en La Laurel. En una trabajada carta de picoteo, «donde apostamos mucho por el producto de calidad y de kilómetro cero», sobresalen los embutidos ibéricos de Guijuelo de Castro y González, las tablas de queso –riojanos (Cameros), asturianos y cántabros– y el laterío premium con productos de Santoña y gallegos. «Además, tenemos pluma ibérica, exquisita, al igual que el carpaccio que nos proporciona Castro y González o la carrillera que está gustando mucho también», enumera, sin olvidar su pincho de entrecot.
Publicidad
El atún de la Almadraba, en tartar y tataki, o los fritos de Pixín –todo un guiño a Asturias, tierra natal de Víctor Riera– se unen al pulpo, también asturiano, y las ostras Amélie, que traen semanalmente de Francia. «Son las Cocktail, que Ferrán Adrià incorporó en El Bulli; le gustó su tamaño y empezó a darlas en sus eventos», explica.
El corte de jamón, que magistralmente hace a cuchillo Óscar Riera junto a la puerta que da a La Laurel, es una propuesta –puede pedirse una ración o media– que atrae a muchos clientes. Un punto diferencial que también se ve en la bodega. Cuentan con una selección de ochenta marcas. «Hay unas que son fijas, porque trabajamos con muchos grupos procedentes de esas bodegas que vienen al local. Pero también apostamos por pequeños productores que hacen vinos muy interesantes». Cada mes y medio renuevan la carta –unas diez referencias aproximadamente–. Y trabajan una selección especial con Coravin –es una tecnología que posibilita preservar el vino durante más tiempo–, lo que permite al cliente disfrutar de referencias premium por copas, sin necesidad de tener que pedir la botella entera. «También contamos con una carta de cavas y champagne amplia. Y, por supuesto, trabajamos mucho los blancos de Rioja».
Publicidad
Para cerrar el plan gastronómico, en Casa Víctor es posible degustar una selección de postres caseros, donde destacan su tarta de queso, el tiramisú de la casa o el milhojas. «De Asturias traigo una serie de helados de la casa Ibense», que hablan del amor de Víctor hacia su tierra natal.
¡Oferta especial!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión