Un tartar de atún con encurtidos, presentado en forma de cilindro. LR

El producto y su receta

Tartar de atún con encurtidos

En nuestra actual cultura gastronómica, los encurtidos están muy consolidados

Paula Fernández

Dietista-Nutricionista

Sábado, 10 de mayo 2025, 08:34

  • Tiempo total

    10 minutos

  • Comensales

    Cuatro

Categorías

Plato principal

Ingredientes

  • 350-400g solomillo de atún; 1 tomate; ½ cebolleta fresca; 1 puñado de encurtidos al gusto (pepinillos, aceitunas, cebolletas…); 1 cucharada de semillas de sésamo; unas ramas de cebollino; zumo de ½ limón, 1 cucharada de mostaza; 1 cucharada de miel; aceite de oliva y 40ml salsa de soja

Preparación

  • Se corta el atún en dados pequeños y se mezclan con el aceite, el zumo de limón, la mostaza, la miel y la salsa de soja. Se deja 15-20 minutos en este marinado.

  • Se pica bien fina la cebolla y en dados pequeños el tomate sin piel y sin pepitas. Se pican también los encurtidos, dejando algunos enteros para decorar.

  • Se mezclan todos los ingredientes y se da forma al tartar con un molde redondo. Se añade un poco de cebollino picado, semillas de sésamo y los encurtidos reservados encima.

Los encurtidos son alimentos, habitualmente vegetales, que han sido conservados en una solución de sal y/o vinagre, con el objetivo de alargar su vida ... útil o simplemente como interés gastronómico, para obtener un producto de sabor agrio que se puede usar en cocina o comer simplemente como picoteo. Antiguamente se utilizaban para conservar los vegetales durante más tiempo y para prevenir el escorbuto, enfermedad común en los marineros por falta de vitamina C.

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Podemos beneficiarnos de las propiedades nutricionales que ofrecen los encurtidos.

En general tienen un bajo contenido calórico, aunque hay que considerar la materia prima, es decir, si se realizan encurtidos de pepinos, cebollas, ajos... apenas aportan calorías. En caso de alimentos como las aceitunas, sí tienen mayor contenido energético, aunque no hay que darle importancia, ya que se trata de una fuente energética saludable.

Son fuente de fibra dietética, ayudan por tanto a regular el tránsito intestinal y contribuyen a la sensación de saciedad, algo especialmente útil en dietas de control de peso.

También aportan una cantidad destacable de sodio, potasio, calcio y magnesio, además de vitaminas del grupo B y vitamina C, aunque en menor cantidad que si consumimos el vegetal en su estado natural, sin fermentar.

Si se elaboran mediante una fermentación natural, es decir, sin exceso de vinagre y sin pasteurizar, contienen probióticos, que son bacterias beneficiosas para el intestino, ya que ayudan a mantener un equilibrio en la microbiota intestinal, además de fortalecer el sistema inmunitario y mejorar las digestiones.

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Elaborar encurtidos de forma casera es bastante sencillo, ya que basta con sumergirlos en una mezcla de vinagre, sal y agua caliente. También se pueden añadir especias para darle distintos toques de sabor. Otra manera de hacerlos es únicamente con agua y sal, que aportará mayor cantidad de probióticos. En ambos casos es importante utilizar tarros de cristal esterilizados y hacer una buena conservación al vacío para guardar sus propiedades y evitar riesgos de contaminación.

En nuestra cultura gastronómica, los encurtidos están más que consolidados, sobre todo los pepinillos, cebolletas, aceitunas, alcaparras, coliflor, ajos, zanahorias, guindillas o pimientos, por lo que la variedad está asegurada.

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