Fogones que hablan de solidaridad
Este bar de Murillo de Río Leza destina sus beneficios íntegros a un proyecto de la ONG Amor Sin Barreras
Ana Baz es el rostro visible de la ONG Amor Sin Barreras. Un viaje de voluntariado a Kenia cambió su vida. Apenas dos semanas en ... 2018 le bastaron para encontrar su propósito: «La ilusión y ganas de alimentar las sonrisas de los niños». Y desde entonces no ha parado de trabajar para lograr ese objetivo. Su cometido en la fundación, la captación de fondos, le ha llevado a buscar financiación para su proyecto y dar a conocer la labor de la ONG en centros educativos, empresas y ayuntamientos. La casualidad le llevó hasta el Consistorio de Murillo, donde pidió realizar unas jornadas solidarias en las que invitaba a colaborar a los vecinos de la localidad así como a las asociaciones y los bares. Fue el alcalde, Sergio Chicote, el que le transmitió que el municipio había perdido su bar de referencia, elPlaza. Y Ana Baz lo vio claro. «Siempre me preguntaba cómo podríamos encontrar la manera de que la propia ONG generase sus recursos para financiar el proyecto. Unimos la solidaridad con la hostelería».
Publicidad
Ana Baz no es ajena a este sector ya que estuvo durante 28 años dedicada a la hostelería en Lapuebla de Labarca, en el Bar Zubia que regentaba su familia.
-
Ubicación En la Plaza de España, 4 (Murillo de Río Leza).
-
Horario De lunes a jueves, de 9 a 22 horas; viernes, de 9 a 1; sábados, de 10 a 1; domingos, de 10 a 17 horas. Horario de cocina, de lunes a viernes, de 13 a 15.30 horas; sábados y domingos, de 13.30 a 15.30 horas.
-
Teléfono de reservas 619402799
Las negociaciones con los anteriores dueños del Plaza fueron fáciles cuando descubrieron el fin solidario que perseguía Baz, ya que los beneficios van íntegros al proyecto educativo-nutricional Pole Pole School que la ONG Amor Sin Barreras desarrolla en el desierto de Turkana (Kenia). Sin embargo, los inicios no han sido sencillos. «Fue muy duro empezar a gestionar el negocio. Es bar y también restaurante, hubo que formar equipo. Se me juntó con todo el trabajo en la ONG», recuerda. Pero después de esos momentos complicados, las piezas funcionan a la perfección.
BAR RESTAURANTE PLAZALa fundadora de la ONG, Ana Baz, vio en la hostelería la manera de generar recursos propiosEl restaurante ofrece un menú del día y otro de fin de semana; y ultima una pequeña carta para las noches
El local ofrece dos espacios completamente diferenciados. Por un lado, el bar, con barra preparada para los almuerzos; por otro, el comedor, con capacidad para 58 comensales. «Tenemos un menú del día, por 16 euros, con vino –de la cooperativa de Murillo– y agua incluidos; y luego el del fin de semana, por 29, que incluye también vino y agua». Durante el fin de semana la oferta se completa con raciones, ensaladas, platos combinados, hamburguesas y bocadillos. «Ahora vamos a ir un poco más allá y, en breve, tendremos una pequeña carta para las noches, con cuatro entrantes, cuatro platos de carne y otros cuatro de pescado, con postres», avanza. Igualmente, para pequeñas celebraciones y eventos existe la posibilidad de concertar un menú cerrado.
Abrieron sus puertas el 24 de febrero y ya han conseguido que tres de sus platos se hayan convertido en imprescindibles en su oferta gastronómica. «Uno es la lubina, que la hacemos al Estilo Plaza, que va con una vinagreta de tomate; luego, las carrilleras asadas con una salsa chimichurri que prepara Óscar –Óscar Rodríguez, uno de los cocineros– y que las asa con hueso y quedan superricas; y también el guiso de boletus sobre parmentier trufada con huevo poché».
Publicidad
Han querido continuar con la línea que llevaban los antiguos dueños, «porque funcionaba muy bien y es lo que demandan los clientes». Así, partiendo de una base de cocina tradicional, la propuesta se termina con unos toques más modernos y diferentes. Y si en los primeros y segundos platos ya hay opciones que brillan, en los postres la estrella es la tarta de queso. «También hacemos una tarta de arroz con leche que gusta mucho o la mousse de mango con láminas de fresa y pepitas de chocolate».
Ana Baz ha cuidado la decoración, en la que ha tenido muy en cuenta a Turkana. «En el comedor hemos apostado por un toque más de luz y por elementos decorativos naturales y orgánicos, ya que Turkana tiene mucha conexión con la naturaleza. Hemos puesto plantas y, por ejemplo, los bajoplatos están elaborados con cuerdas. Además, hemos apostado por caminos en la mesa, que dejan ver la madera».
Publicidad
Y así, este proyecto hostelero ha conseguido que dos emplazamientos, Murillo de Río Leza y Turkana Norte, separados por 8.600 kilómetros, queden unidos por la gastronomía y la solidaridad.
¡Oferta especial!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión