Colombia y España, unión en El Cubo

Nada más traspasar las puertas de El Patio de Marce, en El Cubo, se halla la zona de bar, con raciones y pinchos y oferta de desayunos; y adentrándose en el establecimiento aparecen dos espacios más donde se ubican los comedores, uno más informal y otro más formal.

Además de fusionar ambas cocinas, la colombiana y española, presentan una propuesta 100% sin gluten, que puede degustarse a través de raciones y carta –ofrecen en ocasiones menús especiales para fechas concretas–.

Entre las raciones destacan sus patatas bravas elaboradas de manera artesana con una salsa especial que preparan; los calamares a la andaluza, que cortan y enharinan en el restaurante –con harina especial sin gluten (también cuentan con pan rallado sin gluten)–; empanadas; o la ensaladilla rusa «que vendemos muchísimo, porque está riquísima, y que incluso viene gente a encargarla y llevársela a su casa», destaca Marcela Castro.

Durante los fines de semana, la barra se amplía para ofrecer también manitas de cerdo, orejas guisadas, patatas con alioli (con alioli casero), papas rellenas, chorizo Santarrosano «muy típico de Colombia» o salchicha suiza ahumada acompañada por arepa –tostada de maíz también muy clásica en el país y que se pone como acompañamiento para casi todos los platos–. «Lo que ofrecemos es comida 100% casera y sin gluten», incide.

Ya en el comedor, cuando los comensales se sientan «prefieren pedir varias cosas para ir probando, pero triunfa la bandeja paisa», que lleva frijoles (alubias), arroz, carne molida, chicharrón, chorizo, aguacate, huevo frito, ensalada y arepa. En El Patio de Marce es posible comer también sobrebarriga (falda de la ternera) en salsa criolla, con patata cocida, arroz, ensalada y plátano maduro; mondongo, «que son los callos de ternera, pero en sopa»; además de chuletón, dorada al estilo Orio o carpaccio de salmón, que «antes lo vendía fuera de carta muy bien. Cuando cambié la carta, lo incluí y se dejó de vender, así que lo volví a ofrecer fuera y otra vez ha ido adquiriendo éxito. Lo tenemos siempre».

Este restaurante también está especializado en arroces –funcionan igualmente por encargo–, donde triunfan el de bogavante y otros arroces melosos.

Para terminar, en El Patio de Marce, que cuenta con seis trabajadores en plantilla, ofrecen postres caseros que preparan diariamente en su cocina. «Tenemos un cheesecake de maracuyá, que es nuestro postre típico, además de la tarta de queso al horno al estilo 'La Viña', pero la reina de la casa es la tarta de queso con guayaba (similar al dulce de membrillo)».

El éxito de este restaurante, que cuenta con un salón privado para treinta personas y ofrece la posibilidad de albergar en él eventos privados, es evidente; para poder comer o cenar en él, si es en fin de semana, es necesario reservar previamente. ¿El motivo? «Creo que soy el único restaurante en Logroño donde se fusionan las gastronomías española y colombiana. Hago una cocina muy tradicional, la de toda la vida, y sobre todo con buena sazón y hecha con mucho amor», justifica Marcela Castro. que por ejemplo cuenta con un proveedor colombiano que les abastece de guasca, para poder preparar el ajiaco –sopa típica colombiana–.