Borrar
Ante la ermita de Santa María de la Piscina (Peciña), escenario clave de la novela de Andrés Pascual.

Ver fotos

Ante la ermita de Santa María de la Piscina (Peciña), escenario clave de la novela de Andrés Pascual. Díaz Uriel

Tras los pasos de Hugo Betancor

La Rioja Turismo estrena ruta enoturística inspirada en la novela de Andrés Pascual 'A merced de un dios salvaje'

Martes, 16 de octubre 2018, 14:02

Comenta

«Cerró los ojos y se reclinó en el asiento. Yo me concentré en los carteles indicadores.

'San Vicente de la Sonsierra, tres kilómetros'.

Por fin...

Lo atisbé desde la lejanía. Alzado en un cerro, coronado por una imponente iglesia y las ruinas de un castillo de otros tiempos».

Así relata Andrés Pascual la llegada a San Vicente de la Sonsierra de Hugo Betancor, protagonista de su última novela, 'A merced de un dios salvaje'. Betancor, un fotógrafo de prensa viudo y en horas bajas, llega al pueblo riojalteño para reclamar la herencia de Raúl, su hijo de once años aquejado por el síndrome de Dravet.

La trama de este thriller psicológico le llevará por paisajes y escenarios riojanos íntimamente ligados al mundo del vino; por San Vicente de la Sonsierra, Peciña, Haro, Briones, Nájera y Logroño. Y por allí, precisamente, discurre 'La Rioja, paisaje mágico', la nueva ruta enoturística diseñada por La Rioja Turismo en clave literaria, y que discurre entre viñedos y bodegas, historia y leyendas, naturaleza y patrimonio.

Las rutas

  • Cuándo El 20 y 27 de octubre. Parten a las 10.00 de la Oficina de Turismo de Logroño y concluyen sobre las 19.00 en El Espolón.

  • Por dónde Recorren San Vicente de la Sonsierra, Peciña, Haro, Briones, Nájera y Logroño.

  • Precio 25 euros. En www.experiencias.lariojaturismo.com.

La ruta se estrenó el pasado sábado con 25 participantes. Cierto es que no todos habían leído o concluido la lectura de 'A merced de un dios salvaje', ni siquiera la mayoría, lo que impidió a la guía del recorrido, Pilar Lumbreras, recrearse en los jugosos y novelescos detalles del thriller. El riesgo de 'spoiler' era grande y primó la prudencia.

La plaza de San Vicente de la Sonsierra reunió al grupo en el primer escenario de la ruta. Desde allí, y enfilando la calle Zumalacárregui en dirección al castillo, sonaba el eco de las palabras de Hugo a su llegada al pueblo. «Pasamos junto a un restaurante cuyas ventanas circulares, que en realidad eran la boca de una barrica, daban un adorable toque de sofisticación a aquel universo tradicional. Un poco más adelante, en la cuesta de subida a la fortaleza medieval, esperaba nuestro alojamiento».

El grupo dejaba atrás Casa Toni y el Hotel Villa Sonsierra, mientras las pequeñas bodegas tradicionales flanquean los últimos metros de ascenso hasta el imponente castillo-fortaleza del siglo XIII, atalaya donde también encuentra acomodo la Cofradía de la Santa Vera Cruz. Allí, como en la novela de Pascual, la guía se explayó en el ritual de los picaos de San Vicente, los únicos que esquivaron la prohibición de la disciplina impuesta por Carlos III. Tras visitar la Iglesia Santa María la Mayor, enclavada sobre el antiguo patio de armas del castillo, los visitantes se asoman al paisaje de viñedos «peinados a raya», como ilustra el escritor.

Antonio Díaz Uriel
Imagen principal - Tras los pasos de Hugo Betancor
Imagen secundaria 1 - Tras los pasos de Hugo Betancor
Imagen secundaria 2 - Tras los pasos de Hugo Betancor

El siguiente capítulo: la ermita de Santa María de la Piscina, en Peciña, cuya «humildad, sencillez, sobriedad...» equipara Hugo Betancor con las cualidades de su hijo. Impulsada su construcción por el infante Don Ramiro e inspirada en la Piscina Probática de Jerusalén, este templo del siglo XII es uno de los mejores ejemplos de conservación del Románico en La Rioja. A sus pies, la necrópolis de tumbas antropomórficas y, más concretamente, la piscina bautismal excavada en la roca, trasladan al lector de Pascual al desenlace de su novela, no sin cierto estremecimiento.

Cerca de allí imagina el autor logroñés la Finca Las Brumas, bodega de los abuelos de Raúl y principal escenario del thriller. Una ficción inspirada la Bodega López de Heredia, enclavada en el barrio de La Estación de Haro. En este barrio jarrero, precisamente, continúa la ruta, con parada en el impresionante calado de Roda, para luego continuar en el Museo Vivanco (Briones). Tras acceder a su sala de crianza, cuyas columnas evocan un templo sagrado, los visitantes se recrean en las joyas artísticas reunidas por la familia Vivanco y, ya en la exposición de sacacorchos, buscan (sin éxito) el descorchador con forma de enaguas que aparece en la novela.

Tras almorzar en Briones, el grupo sigue los (aciagos) pasos de Betancor por el monasterio de Santa María La Real, desde el claustro y la iglesia hasta la cueva donde apareció la Virgen. Y ya de regreso en Logroño, la ruta se despide en El Espolón.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja Tras los pasos de Hugo Betancor