Tamara Mendaza, en Lalumbre, su estudio en Logroño, supervisando algunas de las piezas que componen la exposición 'Petricor. J. Sáinz

Tamara Mendaza, una mujer entre la lluvia y la lumbre

La artista Tamara Mendaza, con nuevo estudio en Logroño, expone en la UNED 'Petricor', una colección de barro convertido en refugio

J. Sainz

Logroño

Sábado, 8 de marzo 2025, 18:22

A qué huele la lluvia? Tamara Mendaza conoce bien el aroma que producen las primeras gotas del cielo al caer sobre el suelo seco. Sus ... manos trabajan el barro y el fuego termina de hacer la magia. Lalumbre¹⁷ es el nuevo estudio en Logroño de esta joven ceramista que, al mismo tiempo, expone en la sede de la UNED una hermosa colección titulada con todo sentido 'Petricor'.

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De la intimidad del taller a la galería pública, Tamara traspasa con naturalidad y criterio la falsa frontera entre artesanía y arte. Su universo está poblado de objetos escultóricos creados, vuelta tras vuelta de torno, caricia tras caricia, como recipientes que contuvieran aliento propio en su interior, el alma indómita de los espíritus de los bosques.

Lobas, jabalinas, árboles, flores, espinas, injertos, vasijas, cajas, niñas salvajes... todas ellas criaturas a un tiempo fuertes y frágiles que parecen retratar a su creadora. «Los elementos que conviven en este ecosistema o jardín –tal como ella lo describe– han sido regados, negados, analizados, revividos, y están en el proceso de aceptación para volver a reconocerme en ellos. Digerir, regurgitar y vomitar de nuevo todo lo que una lleva dentro a ver si así se encuentra lo que no se sabe que se busca».

Tamara trabajando en el torno. Sol de invierno / ÁLVARO SAINZ

Ilustradora y diseñadora de formación, Tamara Mendaza es ceramista por amor:«Me enamoré de la cerámica por contagio –cuenta–. Los responsables fueron Toño Naharro, alfarero contemporáneo y artista absoluto del medio, que, junto a Loles Moreno en su alfarería de Navarrete llamada Alma de Cántaro, rescatan historias que van a desaparecer, les sacan brillo y con toda su generosidad te las regalan para que nadie las olvide. Dicen que cuando alguien ama tanto su trabajo te contagia de entusiasmo; pues así empieza esta historia, por contagio».

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En esta navarro-riojana se entremezclan profunda y fuertemente raíces de Viana y de Viniegra de Abajo, donde también forma parte de la organización del festival rural Sierra Sonora. Salvo muestras colectivas previas, como el Open Mercado del Museo Würth o el Festival de Narrativas Cuéntalo, su presentación como artista fue en 2022 en la galería logroñesa La Lonja con la exposición 'Lugares comunes', que aunaba oficios manuales hechos arte, objetos protectores y místicos, poesía y narrativa a través de la cerámica, el diseño textil y la ilustración.

Alfarería urbana

En 2024 instaló su propio estudio en Logroño, en la calle Somosierra. «Lalumbre¹⁷ –explica– es un formato por descubrir, un laboratorio para curiosos. Es un taller de artista y de artesana, es un espacio abierto a quién quiera jugar. Una alfarería urbana, una tienda rara, un espacio expositivo, el lugar de encuentro de los ingenuos. Es un lugar vacío que busca llenarse de conocimiento y de experiencias verdaderas».

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Se trata, en efecto, de un lugar de creación donde meter las manos en el barro, rodar con el torno y transformarse en el calor del horno. «Un espacio donde agradecer lo que nos han enseñado los maestros y donde mantener viva la llama del barro», apunta Tamara, maestra ya, que imparte cursillos desde nivel elemental.

Tamara trabajando en el torno. Sol de invierno / ÁLVARO SAINZ

«Vivimos en un mundo en el que la tecnología ha ocupado nuestro espacio –reflexiona–. Pero existen aún oficios antiguos que sobreviven en los lugares más pequeños, en los lugares en que se vive lento y compartido. Son oficios que demandan atención, escucha y tiempo. Estos oficios nos devuelven a la tierra, a las historias, al fuego y a los procesos lentos y reconocibles. Esos procesos que estamos perdiendo».

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Frente a eso, ella transmite una antigua lección aprendida: «Hay algo inmenso y de consciencia sobre uno mismo, algo tan ancestral, tan atractivo y satisfactorio como utilizar lo que han creado tus propias manos».

Lalumbre así es también refugio, un refugio como lo son las obras de arte que allí, en cierto modo, se cultivan. El año pasado, uno de sus 'Injertos' (piezas extraordinariamente verticales que exigen gran dominio técnico) obtuvo el premio Pieza Única en la Feria de Alfarería NACE. Poco a poco, esos injertos han ido proliferando hasta convertirse en jardín, en petricor, donde el agua libera el olor de la tierra. Lo hace Tamara Mendaza, una mano en la lluvia y otra en el fuego.

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