Un referente cultural

Que buena parte de los participantes (80.000, según la organización), piense ya en la próxima edición y que cada año se compren abonos 'ciegos' (sin conocer el cartel) de forma masiva, proporciona una clara idea de la atracción de esta cita.

Los sonidos de reguetón y trap, además de rap, techno, house y otros estilos, llenaron tres intensas jornadas, de 18.00 a 07.00 horas, aparte de la bienvenida del miércoles. El jueves destacaron Myke Towers, Paopao, Álvaro Díaz y Alvama Ice; el viernes Jhayco y el productor Tainy tuvieron el apoyo del público que se mostró frío con Lia Kali a pesar de su excelente concierto en directo. El sábado JC Reyes y Funzo & Baby Loud movieron al personal y Bryant Myers lo adormeció después de aparecer con casi una hora de retraso.

La música es la excusa de un acontecimiento que va más allá de ir a un escenario u otro para ver artistas internacionales, nacionales y locales (estos en varios espacios del casco urbano), que crece en mejoras y también tiene que pulir detalles. El Holika cierra su sexto capítulo y ha demostrado en las tres ediciones de Calahorra que ofrece una experiencia social y cultural única, que formará parte de la vida de los asistentes más jóvenes, la mayoría del aforo.

Hubo quienes se alojaron en los campings, otros fueron acogidos en casas de familiares y amigos o acudieron cada día en los autobuses fletados desde diferentes lugares o los traían y recogían sus padres. El Holika implica a familias, hostelería, comercios y a cientos de profesionales de la organización, fuerzas de seguridad, protección civil, sanitarios, operarios municipales...

El Holika es vida para Calahorra, aunque sea puntual, y un aliciente para la juventud y para los que no tienen prejuicios musicales y sí ganas de disfrutar de un ambiente especial e inolvidable.