«Pensar está devaluado porque se asimila a 'rayarse', y no es lo mismo»

– En 'Minimapas para tormentas' proporcionaba mapas para manejarnos mejor por la vida; 'La mente es software' es un mapa para conversar sobre salud mental. ¿Debilidad por la cartografía o son los 'mapas' un buen instrumento para comprender nuestra psique?

– Esta analogía me gusta porque el mapa no es el territorio. De una misma zona se pueden hacer diferentes mapas (topográficos, de carreteras...). Los hay más o menos exactos y más o menos útiles. Pero ninguno es el territorio.

– En su libro apunta numerosas cuestiones y conceptos sobre salud mental, sin ahondar demasiado en ellos. ¿Con qué intención lo ha escrito?

– Intenciones ha habido varias. Pero creo que hay tres principales. Una, aportar un armazón para guiarnos entre tanto consejo y material compartido en redes. Dos, ofrecer metáforas como punto de encuentro para el diálogo entre posturas diferentes respecto a la mente. Y tres, dar claves que en mi experiencia profesional son fundamentales para la salud mental, pero que son poco conocidas por el lenguaje enrevesado en el que se expresan.

– En esta ocasión utiliza una metáfora informática (software) para hablar de la mente. ¿Cómo mantener nuestro 'software' en las mejores condiciones?

– Lo primero es tener presente que lo que yo percibo, siento y pienso no es la verdad absoluta. Una mosca ve un mundo totalmente diferente al que veo yo; y lo que veo yo tampoco es igual a lo que ve el otro. Tenemos 'softwares' diferentes. Y lo segundo, es ir viendo qué me sirve, qué me sienta bien, no al vecino o al 'instagramer' de turno, sino a mí en este momento de mi vida.

– Entre los diferentes tipos de psicoterapias usted se decanta por el psicoanálisis. ¿Por qué?

– Especifico, no cualquier tipo de psicoanálisis y le sumo el Mindfulness. El motivo es que a lo largo de mi carrera he trabajado desde diferentes enfoques y al final he elegido el que veo que más sirve a los pacientes. Pero yo no soy psicoanalista ni trabajo como tal. Diría que 'solo' intento escuchar desde ahí. En todo caso hay demasiados prejuicios y malos entendidos respecto al psicoanálisis. Si me permite, cito dos webs por si algún lector quiere indagar: laotrapsiquiatria.com y aen.es.

– Considera el Mindfulness sobrevalorado y con 'ciertos peligros para ciertas personas'. ¿A qué riesgos se refiere?

– El pilates es sano. Otra cosa es que si tengo una lesión importante de espalda igual ir a una clase grupal no es buena idea. Pues algo así. No sé si el Mindfulness está sobrevalorado, pero sí que a veces se anuncia como la panacea. Yo lo práctico todos los días y en el libro doy alguna pincelada de sus luces y sus sombras.

– Leo en las páginas de este periódico que «los problemas de salud mental crecen a marchas agigantadas» y que nuestro país está a la cabeza internacional en estrés y toma de antidepresivos. ¿Qué nos está pasando? ¿Tiene que ver con el capítulo de su libro 'Antes faltaba sentir, ahora falta pensar'?

– Hay muchísimos factores en juego y no soy una estudiosa del tema, pero sí parece que forma parte de la ecuación. El pensar está devaluado porque se asimila a 'rayarse', y no es lo mismo. Para pensar hace falta tiempo y hoy todo va muy rápido, pero sin pensar nos complicamos mucho la vida y terminamos con ansiedad y depresión.

– ¿Confía en la Inteligencia Artificial a la hora de indagar en nuestra mente?

– No tengo ni idea. Como todo avance tecnológico, puede usarse para el lado Jedi o para el lado oscuro. Aunque el potencial de la IA se escapa a todo lo que hemos conocido hasta ahora.