«Ha sido maravilloso poder hacer esta faena»
Diego Urdiales | Torero triunfador en Sevilla ·
El diestro de Arnedo conquistó el sábado el corazón hispalense con una faena llena de clasicismo e inspiraciónLa Maestranza abría el sábado sus puertas como una tarde más de feria. En los corrillos de aficionados no se hablaba de otra cosa que ... de la faena de Morante el día de antes. Era lo normal. Fue lo más la obra del torero de La Puebla, y eso, aunque cada tarde sea un capítulo, pesa como una losa para quien viene después. La gente seguía regocijándose en ese clima de felicidad, y ahí se plantó Urdiales, con un terno espectacular, de verde botella y azabache. Torerísimo. «Qué grande eres», le gritó un aficionado desde el tendido. Y acto seguido le respondió otro: «Después de Morante». Cosas de la devoción.
Diego llegó a su cita sin billete de vuelta. Dispuesto a todo. Era difícil, Sevilla es exigente, pero podía pasar, esta está siendo su temporada, y terminó pasando, aunque todavía le quede la espinita de abrir la Puerta del Príncipe, para la que se necesitan tres orejas. Cortó dos en el mismo toro. La faena a su segundo le catapultó a los altares del toreo sevillano. Una obra con extremo clasicismo, lentísima por momentos, naturales cimentados en la torería más absoluta, rompiéndose en cada uno de ellos, largos, hondos, armónicos. Un lujo. Toda la afición rendida a su toreo. Ya nadie habló de Morante. La tarde, y el después, fue de Diego, que entró en el corazón de Sevilla.
«El poder hacer esta faena en su plaza, con él presente en la grada, ha sido inolvidable»
A CURRO ROMERO
– ¿Qué sensaciones tiene?
– Se lo puede imaginar... Maravillosas. El poder cuajar un toro en Sevilla y sentir a toda la plaza entregada es algo que uno siempre desea. Y vivirlo con esa faena es indescriptible.
– Sevilla era de las pocas plazas que le faltaban por conquistar.
– En Sevilla no había tenido la oportunidad de torear mucho, y cuando lo he hecho no he tenido mucha suerte, aunque sí que han pasado cosas importantes. Que haya llegado este triunfo es algo muy bonito.
– La pena es que no pudiese redondear la tarde con esa Puerta del Príncipe. La faena bien que lo mereció.
– Hay triunfos que tienen una rotundidad importante y este ha sido uno de ellos. Sentir la pasión de la gente por verme torear fue muy bonito.
– El toro de Domingo Hernández fue complicado, tuvo sus teclas. En la imperfección estuvo la belleza de la faena. ¿Lo cree?
– El toro fue agradecido, pero tuvo complicaciones porque los toros no son perfectos y, por ello, lo importante fue estar a la altura y expresar mi toreo con lo que el toro me ofrecía.
– Se le notó emocionado mientras toreaba, ¿se vació?
– Totalmente. La faena, mentalmente, no se la puedo describir porque fue todo un sentir; me dejé llevar, literalmente, le puse toda la pasión que llevo dentro, que es mucha. Fue una faena que viví con intensidad.
– A Curro Romero miró cuando daba la vuelta al ruedo. ¿Qué le dijo al maestro con esa mirada?
– Sabía que era un momento muy emocionante para él. Por tantas cosas que nos han acercado. Y por la confianza y la fe que ha tenido en mí. El poder hacer esta faena en su plaza, con él presente en la grada, ha sido algo inolvidable. Estoy muy feliz con mi triunfo, y fue maravilloso poder hacerlo en su plaza. Fue un homenaje a una leyenda del toreo.
– Este viernes torea en Madrid. Todas las miradas están puestas en usted.
– Voy con la ilusión por las nubes. Madrid es una plaza muy complicada y de mucha responsabilidad.
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