EL RINCÓN DE LA FILMOTECA

Tutti Frutti

La Filmoteca Rafael Azcona cierra la programación de este mes con la última proyección del breve ciclo Mayo Jazzea y lo hace de forma rítmica ... y vertiginosa con el pase del documental 'Little Richard: I am everything' (2023), de Lisa Cortés. Este apasionante trabajo musical, que te sacude el cuerpo por la electricidad de su apuesta y te impide estar quieto en la butaca por las vibraciones de los temas que se escuchan, se podrá ver a partir de las 19.30 horas en la sala Gonzalo de Berceo.

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La documentalista Lisa Cortés, autora de 'The Space Race' (2023), rinde un caluroso, emotivo, ajustado y reivindicativo homenaje a la incontestable figura rockera de Little Richard (1932-2020). Un artista inquieto, un auténtico terremoto sobre el escenario, que tocaba el piano como si no existiese un mañana y que con la legendaria canción 'Tutti Frutti' revolucionó el amodorrado panorama musical norteamericano.

Ese tema, con su pegadizo clímax 'Wop bob un loo bop, un lop bam boom!', asaltó un país que pronto se enganchó al ritmo, fervor explosivo y osadía descarada de un vocalista y músico excéntrico que inoculó en los jóvenes una sensación eróticamente liberadora. Little Richard, negro, homosexual, fue considerado como el arquitecto del rock and roll y su estilo alocado y efervescente se convirtió en el oxígeno de la música popular norteamericana. Un aprecio repentino que puso en guardia a los supremacistas blancos y agitó el viejo orden.

Innovador y carismático, defensor de los derechos civiles y contrario a la segregación racial, sus composiciones, como Lucille, se convertían en atronadores éxitos, pero la fama se la llevaba un chico blanco, Elvis Presley, que como afirma Richard en un momento del metraje, no escribía ninguna canción.

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Para retratar a este ruidoso músico, que hacía temblar y estremecerse al público, le rinden tributo toda una pléyade de nombres enamorados de su fogoso talento, desde el cineasta John Waters (se dejó crecer el fino bigote como reconocimiento a Richard), Chuck Berry, Tom Jones, Mike Jagger, David Bowie y tantos otros, como amigos y expertos en rock y Pop, que hacen justicia a un extrovertido artista al que costó ponerle en el pedestal que se mereció con creces.

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