Tierra

Los dramas rurales españoles y la descripción detallada de una orografía concreta donde se sitúa el epicentro de la historia han ganado bastantes adeptos en los últimos tiempos. Muchos son los títulos que salen de la zona de conflicto urbana para desplazarse al campo o a la montaña y fijar en estos entornos relatos etnográficos en los que los personajes están integrados en las condiciones propias del lugar y su estilo de vida responde a la localización donde están asentados.

Hubo otras piezas antes de 'As bestas' (2022), de Rodrigo Sorogoyen, que abordaron las tensiones propias de una geografía muy particular, pero de un tiempo a esta parte se han multiplicado las propuestas y una de las últimas en llegar, y con una fuerza impregnada de naturalismo, es la película de Gala Gracia.

Presentada en la 28 edición del festival de cine español de Málaga, cuenta el cruce de temperamentos de dos hermanas, Sara (Laia Manzanares) y Elena (Ángela Cervantes), que deben tomar decisiones importantes sobre el futuro de una granja de ovejas heredada por la muerte del padre.

Dos chicas jóvenes que modulan con una carga emocional a flor de piel que sale de la pantalla una picajosa rivalidad en torno a la explotación de la empresa familiar. Sara salió de la zona pirenaica donde se desarrolla el argumento y viajó a Nueva York a crecer como artista. Elena se quedó en la tierra y se convirtió en una sacrificada obrera al servicio de los animales.

Seres contrapuestos. Sara en la cresta de la ola del éxito musical y Elena agotada del trabajo rural y deseando un cambio. El apego sentimental hacia sus raíces divide a las hermanas y mientras se crispan Gala Gracia nos entrega un seco y árido drama costumbrista con dos personajes contradictorios a los que dan vida de verdad dos actrices que te cogen y no te sueltan.