La Filmoteca Rafael Azcona hace un breve inciso en su programación, se apea del ciclo 'Bellas artes' y acomete una de sus secciones más distinguida, ' ... Estreno sin estrenar'. Bajo este epígrafe proyecta a partir de las 19.30 en la sala Gonzalo de Berceo la producción italiana 'Queer' (2024), de Luca Guadagnino. Una inmersión en el tormento y desasosiego sexual del sulfuroso escritor norteamericano William S. Burroughs.
Guadagnino transita en una racha imparable rodando sin tiempo para el respiro una pieza tras otra. El curso pasado presentó 'Rivales' (2024) y poco meses después 'Queer'. Actualmente se encuentra trabajando en dos proyectos simultáneos. Le va la marcha y no tolera el descanso. En los ratos libres que le dejan sus pausas artísticas se sienta con su equipo y traza el siguiente plan.
La escritura textual del autor de 'Call me by your name' gravita alrededor de la tensión corporal. Una dinámica con el cuerpo como un objeto poliédrico centrado en el deseo y la construcción de la identidad sexual. Una masa corpórea enlazada con las pulsiones físicas y las necesidades de descubrir todas sus posibilidades.
La abrupta y ansiosa narrativa del novelista responsable de 'El almuerzo desnudo' es un amplio cultivo lleno de malestar, angustia y grito de auxilio en torno a la sexualidad. Temas pintiparados para un cineasta atraído por la dialéctica del descubrimiento de uno mismo y la firmeza de explorar el placer sexual.
En 'Queer' el director transalpino configura su propia visión del ardor íntimo del trasunto de Burroughs, William Lee, un apátrida americano en modo expectante, varado en Ciudad de México y sondeando las oportunidades de entablar relaciones con otros hombres. Una apuesta hoy en día de visibilidad total que Guadagnino lleva al terreno del desafío al incorporar como estrella del reparto al actor británico Daniel Craig. Reconocido por ser el actual James Bond, Craig asume un reto infinito y sale airoso en su valiente desempeño.
Estructurada en actos, de atmósfera fogosa, fotografía sensual, cierta desesperación, el largometraje deviene en acto de liberación más si cabe cuando en los últimos compases los alucinógenos entran en escena.
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