La clausura del panorama cinematográfico de la edición Actual 2025 tiene nombre propio, Costa-Gavras. El veterano y longevo cineasta de origen griego de 91 ... años, uno de los últimos bastiones del cine comprometido y revoltoso europeo, intocable y de respeto reverencial, acomete en 'El último suspiro' (2024), que se podrá ver hoy en el Teatro Bretón a partir de las 19.30 horas, una singular epifanía que ojalá no sea su testamento como cineasta.
La película se presentó a concurso en el festival de cine de San Sebastián y abordó un tema serio y que produce escalofríos como la muerte. Este asunto fue una de las inspiraciones coincidentes otros títulos proyectados en el certamen donostiarra.
La aportación del autor de 'Missing' a este inevitable hecho deviene en una reflexión nada baladí acerca de cómo afrontar el trance del tránsito al limbo cuando los médicos especialistas te han detectado una enfermedad incurable.
Un aspecto que te deja helado e impactado y que Costa-Gavras le quita hierro proponiendo una mirada cálida y de envolvente cariño desde los recursos de la medicina paliativa. De la mano de dos personajes curiosos y distintos, el médico Augustin Masset (Kad Merad) y el escritor y filósofo Fabrice Toussaint (Denis Podalydès), se modula una meditación en la que se entrelaza la experiencia del galeno atendiendo a pacientes terminales y las contradicciones humanas ante la muerte del ensayista. Juntos trazan un itinerario de dolor y esperanza sobre las vicisitudes del óbito.
El tono elegido por Gavras, un indisimulado toque tragicómico, y el estilo transparente, didáctico, agridulce, empapa la pantalla de diversos casos irreversibles atendidos desde la óptica optimista y haciendo valer la unidad de cuidados paliativos como fórmula y terapia más que aconsejable. A la par que denuncia las trabas burocráticas y morales que imponen algunos gobiernos para no regular la muerte asistida.
Un caleidoscopio de situaciones, todas ellas tratadas con mimo y delicadeza y servida por intérpretes de gran categoría. A los arriba aludidos se añaden Charlotte Rampling, Karin Viard, Hiam Abbass, entre otros.
Dejo para el final la extrovertida aparición de nuestra Ángela Molina, en un breve papel, de gitana, con un candor y empatía divino de la muerte (nunca mejor dicho), que se acoge con fervor a la eutanasia de la misma manera (¡qué casualidad!) que su trabajo en 'Polvo serán' (2024), de Carlos Marques-Marcet, otra pieza que gira en torno al deterioro físico del cuerpo humano y al remedio de elegir el momento de marcharse de este mundo.
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