Investigadores y gentes de la cultura se movilizan ante el temor del cierre del IER
El desmantelamiento de varios servicios y la llegada a los Chapiteles de la Consejería de Participación ha desatado todas las alarmas
Aprovechando la quietud del mes de agosto, y más con la pandemia del COVID-19, el Gobierno de La Rioja comenzó hace unas semanas a desmantelar algunas de las dependencias del Instituto de Estudios Riojanos (IER), al tiempo que iniciaba el traslado de la ahora Consejería de Igualdad, Participación y Agenda 2030. Las fundaciones San Millán de la Cogolla y Sagasta fueron trasladadas a pisos de la ciudad y la tienda que vende los libros y revistas que se editan constantemente, ha sido instalada en los pisos superiores del palacio.
«La recogida de firmas que se inició por parte de los investigadores del IER el 26 de agosto acompaña la petición que se presentará a la presidenta de la Comunidad y al consejero de Educación y Cultura el día 7 de septiembre, instándoles a que restituyan a su estado original las dependencias de la sede del IER, en el Palacio de Chapiteles desde hace 15 años, ante la progresiva ocupación de sus espacios por una nueva consejería, ajena e insensible a la labor investigadora que lleva a cabo esta Institución desde 1946», explica uno de los promotores de esta iniciativa, que está apoyada por investigadores y gentes de la cultura de todos los colores políticos.
En el manifiesto, los firmantes argumentan que «no nos corresponde como investigadores juzgar las causas que han llevado al Gobierno de La Rioja a adoptar esta medida, pero sí es nuestra obligación advertir de las consecuencias que ello conlleva y que pueden resultar irreversibles. En primer lugar, se limitan las condiciones habituales de funcionamiento y se obstaculiza, con el cierre de la librería, la función de difusión de las publicaciones que el Instituto promueve y que son el resultado de la labor investigadora de todos los que nos sentimos parte del IER».
Esta inopinada mezcla entre el Instituto y la Consejería ha propiciado, además del «maltrato» a la librería especializada en temas riojanos, el almacenamiento del valiosísimo fondo de Fotografía Histórica, sin ninguna medida de seguridad ni conservación. Este fondo fotográfico, catalogado y digitalizado a lo largo de los últimos 20 años, ha sido depositado en cajas dentro de un almacén ubicado de la calle Duquesa de la Victoria.