«Lo importante de un torero es que nunca toque techo en su evolución»
Fabio Jiménez | Novillero ·
El riojano afronta la final del Zapato de Plata de Arnedo como su posible último compromiso antes del debut con picadoresEste domingo vuelve a escena tras la sequía de los meses complicados de invierno, y lo hace en el mismo enclave en el que abrochó ... la temporada pasada, con la misma ganadería y quizá, luciendo el mismo terno, el rioja y oro de las grandes citas. A fecha de hoy, la final del Bolsín Zapato de Plata de Arnedo es su único compromiso cerrado. «Todo va a depender de esta cita», explica a Diario LA RIOJA Fabio Jiménez después de tentar dos vacas el pasado jueves en casa del ganadero riojano Carlos Lumbreras. Hasta Villamediana se desplazó desde Salamanca, donde se forma desde los 14 años, para ponerse a punto para una tarde que, en sus intenciones, puede que sea la última como novillero sin picadores. Quiere dar pronto el salto, debutar con los del castoreño y ponerse a prueba con un novillo más cuajado. Por ello, este domingo será clave. Ganar la final podría abrirle camino.
– ¿Cómo se encuentra?
– Con ilusión y ganas de que la gente que vaya al Arnedo Arena este domingo vea al mejor Fabio Jiménez.
«Sería bonito que el debut con picadores fuese en Alfaro, pero las cosas no están para elegir»
SOBRE EL DEBUT
– ¿Arnedo sube las pulsaciones?
– Es una ciudad que organiza dos de los certámenes más importantes para los novilleros. Si a eso le sumanos que estamos en mi tierra, sí que sube las pulsaciones. Tiene un plus de responsabilidad.
– ¿Siente que está más cuajado con respecto al pasado año?
– Mi día a día se basa en buscar el toreo que siento y en evolucionar. He profundizado en un toreo más hondo, o al menos eso es lo que siento. Siempre hay matices que corregir, por eso lo importante de los toreros es que nunca toquen techo.
– ¿Suele encontrarse a gusto cuando torea?
– Nunca me quedo a gusto del todo. Soy muy obsesivo. Intento siempre ser mejor y no soy nada conformista. En cada entrenamiento me noto defectos. Esa obsesión es la que me hace crecer.
– ¿Se ve preparado para afrontar el debut con picadores?
– Estoy en un momento en el que mi cuerpo y mi toreo me piden el paso al novillo picado, porque su embestida es más seria y me permitiría torear más despacio. Mi deseo es que sea lo antes posible.
«Me gustaría que los empresarios de Logroño organizasen en San Mateo una novillada picada»
MÁS NOVILLADAS
– ¿En Alfaro?
– Sería bonito, porque es donde he nacido y me he criado. Pero ahora no están las cosas como para elegir.
– ¿Tiene preparado el vestido?
– No creo que estrene, no están las cosas para ello. Supongo que me pondré el rioja y oro.
– Un triunfo este domingo puede ser clave para que llegue ese debut, ¿es consciente?
– Es una fecha importante. En la situación que estamos, destacar en el Zapato de Plata me abriría puertas, me daría nombre y un motivo para estar en las ferias de novilladas picadas. Por eso voy con la responsabilidad, ya no tanto de ganarlo sino de torear como siento. Si soy capaz de hacerlo, las cosas llegarán.
– ¿Uno se acostumbra a medirse cada día?
– Uno nunca se acostumbra a la presión y al miedo, por ello tenemos que tener la mente fuerte, llegar a la plaza lo más tranquilos que podamos y con las mínimas presiones. Aunque es inevitable deshacerse de todo ello y más en tardes de responsabilidad y en las que uno se juega tanto.
– ¿Le da vértigo dar el paso a las novilladas picadas?
– Sí, porque ahora estoy arropado por la Escuela Taurina de Salamanca. Son ellos los que me organizan tentaderos, algunas novilladas... y dar el paso supone quedarme solo ante todo. Por eso dar el paso supone también adentrarme en un clima de incertidumbre. Pero, al final, a mí lo que me gusta es torear, me siento torero y por eso no voy a tener prisa.
– ¿Es difícil abrirse hueco?
– El toreo está ahora en una situación muy complicada. Tienes que llevar a la gente a la plaza para que te pongan en los carteles, y para llevar gente a la plaza tienes que hacerles sentir cosas especiales. Es complicado pero no soy pesimista. Cuando llegan las oportunidades hay que aprovecharlas.
– ¿Le gustaría que La Rioja apostase más por las novilladas?
– Entiendo que los costes son elevados, pero en casi todas las capitales de provincia se organizan novilladas con picadores. Ahora que voy a dar el paso me da rabia que en Logroño, que tiene una feria de máxima categoría, no se programe, al menos, una. Me gustaría que los empresarios lo valorasen porque organizar novilladas es apoyar a la cantera y tienen que salir nuevos toreros.
– Vivimos tiempos difíciles. La pandemia nos ha asfixiado y ahora la guerra marca las agendas. ¿Le afecta tener la muerte tan presente?
– Me afecta más como persona que como torero. La guerra que estamos viviendo supone dar un paso atrás en la sociedad. Me da una pena terrible. Y en cuanto a mi situación como torero, la verdad es que procuro no pensar en la muerte. Sé que está ahí, que los toros cogen, pero yo no voy a la plaza a jugarme la vida, voy a crear una obra artística.
– ¿Con el miedo cómo se lleva?
– Tenemos nuestras discusiones. El miedo aparece sobre todo los días previos a torear. Intento pensar en positivo.
– ¿Engancha esa sensación?
– No. El miedo no engancha. Lo que engancha es cuando te pasas el novillo cinco veces por la barriga. Esas sensaciones son indescriptibles.
– ¿Es más de escuchar clásicos o reguetón?
– Depende de la ocasión (ríe). Me gusta mucho la música. Escucho Sabina, Estopa, Melendi, rock, flamenco, reguetón cuando me apetece bailar...
– ¿Es de ponerse música mientras se vistes de luces?
– No, me gusta hacerlo en silencio. La música no me deja concentrarme y me gusta estar tranquilo con mi mozo de espadas.
– ¿Por qué brindaría con un Rioja entre amigos?
– Por el toreo o por la vida, porque son lo más importante que tengo. La propia vida y el toreo, que es por lo que vivo y por lo que me despierto.
– ¿Cree que el toreo se debe modernizar?
– El toreo en sí, no; pero en cuanto al marketing y a su forma de ofrecerlo, sí. Nos hemos quedado atrás y hay que intentar llevar a la gente a la plaza.
– ¿Se considera animalista?
– Por supuesto. Me gustan los animales y, sobre todo, cuidarlos con mucho cariño y respeto. Siempre que puedo voy al campo. Los toreros y ganaderos somos los que más respetamos al toro, porque somos los que lo criamos. Si no fuese por la tauromaquia no existiría la especie de toro bravo. Los toreros somos mucho más animalistas que todos los que dicen ser animalistas.
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