Crítica de música

Lo grandioso y lo exquisito

Viernes, 24 de mayo 2024, 14:20

Y llegó uno de los momentos cumbre del festival: la colosal Sinfonía n.º 7 'Leningrado' de Shostakovich, con la excelente orquesta ADDA Simfònica bajo ... la batuta de Josep Vicent, todo un desafío para cualquier gran director y una 'prueba del algodón' para todos y cada uno de los músicos de la orquesta, así como para toda la formación en su conjunto, con momentos de enorme responsabilidad y exigencia. El compromiso fue resuelto de forma sobresaliente, con belleza y terciopelo en los momentos más líricos y contundencia y poderío en los desbordantes clímax sonoros. El largo 'crescendo' del primer movimiento fue muy bien graduado por Josep Vicent, alcanzando el disonante clímax final con una plenitud sonora que sobrecogía. Estuvieron espléndidos los numerosos solistas intervinientes de maderas y metales, siendo difícil e injusto resaltar unos sobre otros, porque la calidad individual era extraordinaria. Es de justicia ensalzar a la violín concertino por su precioso solo y por el excelso rendimiento de toda la cuerda, sin excepción alguna, y, cómo no, al percusionista de la caja, que trabajó en esta sinfonía más que en todo el resto de la temporada. Enhorabuena a Josep Vicent por esta fantástica orquesta, moldeada por él, capaz de cosas como la que hemos tenido el privilegio de disfrutar y, por supuesto, destacar su excelente pulso en la dirección de esta complicada sinfonía, llevada con absoluto control y concentración. La segunda propina, el bellísimo 'Oblivion' de Ástor Piazzola, dio lugar al lucimiento de la segundo atril de los violines primeros. Un concierto a recordar.

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Y el domingo por la mañana, en la iglesia de la Asunción de Briones, tocaba intimidad barroca con el original concierto de Daniel Oyarzábal al órgano y Miriam Hontana al violín, con el plato fuerte de dos de las Cuatro Estaciones de Vivaldi, arregladas para violín solista y órgano, la Primavera y el Verano, mas otras conocidas obras barrocas para uno y otro instrumento. No hace falta que les diga que Oyarzábal es uno de los mejores organistas españoles y dio buena cuenta de ello en la brillante Batalla de sexto tono de Ximénez, en la Chacona de Johan Bernhard Bach (sobrino y alumno de Juan Sebastián), en la Marcha de los Turcos de J. B. Lully y la obertura de 'Rinaldo' de Haendel, magníficamente interpretadas todas ellas en el precioso órgano de Briones, así como los dos conciertos de Vivaldi mencionados, conjuntamente con la joven y deslumbrante violinista Miriam Hontana, que dejó constancia de sus excelentes cualidades musicales y su destacado virtuosismo, muy especialmente en la monumental Chacona de la Partita n.º 2 de Juan Sebastián Bach a violín solo, interpretada en el pasillo central de la iglesia entre todo el público asistente, en brillante ejecución. ¡Vaya primer fin de semana de La Rioja Festival más impresionante!

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